Sanfermines sin agresiones sexuales
LAS fiestas de San Fermín, que empezaron ayer con el tradicional lanzamiento del chupinazo, son un referente lúdico y cultural con una gran proyección internacional, que tienen como eje principal la fiesta del toro y los encierros, y que son expresión del pueblo navarro. La enorme masificación que registra Pamplona durante estos días, a causa de la creciente atracción de turistas –un millón y medio de visitantes en una ciudad en la que viven 200.000 personas–, corre el riesgo de desnaturalizar estas fiestas tradicionales. Pero mucho peor es que, por incultura e incivismo, se confundan únicamente con unos días de vino, borrachera y sexo en los que todo vale. La violación múltiple registrada el año pasado, en este sentido, ha empañado gravemente la imagen de los Sanfermines.
Han hecho bien las autoridades en comprometerse firmemente en el desarrollo de unas fiestas libres de violencia sexual, en un intento de implicar a los ciudadanos y visitantes en el rechazo a las agresiones contra las mujeres. El alcalde y el conjunto de los grupos municipales han pedido la colaboración de todos para que haya unas fiestas en paz, en igualdad, y se pueda disfrutar de su carácter popular y espontáneo. En este sentido, han solicitado a las peñas y a otros colectivos que hagan un esfuerzo para luchar contra esa lacra de los ataques sexistas. Además, se ha incrementado fuertemente la presencia policial y la instalación de cámaras de vigilancia. El Ministerio del Interior, incluso, ha puesto en marcha una aplicación de móvil gratuita y fácil de usar que permite desde hoy a los asistentes a los Sanfermines comunicar al momento a todas las policías si se ha sufrido cualquier incidente, sobre todo agresiones sexuales. Se podrá hacer en diferentes idiomas y adjuntando fotos o vídeos del incidente.
El refuerzo de las medidas de seguridad, así como el castigo ejemplar de veintidós años de cárcel que pide el fiscal para cada uno de los cinco implicados en la violación múltiple ocurrida en el 2016, deberían tener un carácter disuasorio para todos aquellos que acuden a las fiestas de San Fermín con una actitud de falta de respeto, incivismo y desenfreno. La publicidad que se hace en determinadas agencias de turismo para atraer visitantes, asimismo, también debería ser revisada. En la promoción de los Sanfermines debería haber una revalorización de la esencia de las fiestas, de acuerdo con la cultura navarra, y no asociarlas a alcohol y sexo.
Es importante que en las fiestas de San Fermín la política de tolerancia cero contra las agresiones sexuales tenga éxito y no haya que lamentar ninguna.