Turismo, sí; pero industria, también
La Cambra de Comerç y la Diputación de Barcelona ponen números a la recuperación económica
El entorno de Barcelona, incluida el área metropolitana y el conjunto de la provincia, se está beneficiando tanto como la capital del actual boom turístico. Así se pone de manifiesto en el Informe territorial de la demarcación de Barcelona 2017, un estudio que han elaborado la Cambra de Comerç y la Diputación de Barcelona. En este documento, que recoge los indicadores de la provincia correspondientes al 2016, se constata por tercer año consecutivo una recuperación económica de todas las comarcas barcelonesas y de casi todas las actividades, lo que se refleja en un aumento de la población ocupada, una notable disminución del número de desempleados y un incremento del de empresas.
Aunque las cifras en su conjunto y una por una son positivas –las mejores desde el inicio de la última crisis–, es el sector turístico uno de los que con más fuerza tiran del carro. En el 2016, los alojamientos de toda la provincia registraron casi 34 millones de pernoctaciones, un récord absoluto que, si no se tuercen mucho las cosas, quedará ampliamente superado este año.
¿Hay riesgo de monocultivo turístico? En la presentación del informe, el presidente de la cambra, Miquel Valls; el vicepresidente de la Diputación y alcalde de Igualada, Marc Castells, y el economista Martí Parellada remarcaron el peso que el sector de servicios, y en particular el turístico, en la recuperación económica. Sin embargo, los agentes económicos han convertido en un mantra el concepto de “reindustrialización”. La necesidad de no poner todos los huevos en el mismo cesto explica proyectos como el de la propia Diputación, que acaba de anunciar una inversión de 30 millones de euros para modernizar los polígonos industriales de la provincia.
Miquel Valls recordó ayer que el turismo “nos ha salvado” (a la ciudad de Barcelona) durante lo peor de la crisis y hay que “conservarlo” mejorando la calidad de los servicios que ofrece y la profesionalidad del personal que atiende a los visitantes. Ello no ha de ser impedimento, según el presidente de la Cambra, para apostar por “una evolución hacia la industria 4.0” que ha de conllevar “la reconversión de algunos oficios”. Por su parte, Marc Castells dijo que para las comarcas de Barcelona “el turismo no es una amenaza, sino una gran oportunidad”.
De hecho, la Diputación está desplegando con éxito, en colaboración con Turisme de Barcelona, un programa que trata de aprovechar la potencia de la marca de la capital para extender los beneficios del turismo mucho más allá de sus límites municipales.
Los datos del mercado de trabajo incluidos en este informe confirman que el 2016 fue el mejor año desde que comenzó la crisis en el 2008. El número de empresas en la provincia de Barcelona (entendidas como centros de cotización) se incrementó un 2,5% respecto a al 2015, hasta superar las 184.000. El número de puestos de trabajo asociados a estas empresas creció, en consecuencia, en un 4%; el de afiliados a la Seguridad Social lo hizo en un 3,6%, y la población parada registrada cayó un 12,5%. Comparando el último trienio, desde el 2013, el número de empresas en la provincia de Barcelona ha aumentado en más de 13.000, el de personas ocupadas registradas lo ha hecho en más de 200.000 y el de parados ha disminuido en más 132.000.
Por sectores, el de los servicios, gracias en buena medida al extraordinario comportamiento del turismo, es el motor del crecimiento del número de afiliados a la Seguridad Social. En este sector el aumento en el 2016 se cifró en un 4,1%, aunque también suben las afiliaciones en el sector de la industria (un 2,8% más que en el 2015) y en la agricultura (un 0,8%).
“El turismo nos ha salvado durante la crisis; hay que conservarlo”, proclama Miquel Valls