El BCE atribuye a la reforma laboral el estancamiento de los salarios
El banco reconoce que el alza de las retribuciones es tenue pese al menor desempleo
En lo que se puede interpretar como un ejercicio inusual de autocrítica, el Banco Central Europeo (BCE) reconoció ayer que las reformas estructurales, uno de los caballos de batalla invocados por la Unión Europea para la modernización de su economía, han causado un efecto perverso sobre los salarios.
En su reunión el pasado mes de junio, según trascendió de las actas hechas públicas ayer, el organismo no tuvo más remedio que constatar que a la recuperación que está viviendo la zona euro le falta una pata. “Los sueldos no están respondiendo a la bajada del desempleo”, reconoce el BCE. “La dinámica salarial es tenue y apunta a que seguirá moderada hasta que el crecimiento gane fuerza”.
La institución intenta buscar explicaciones a esta divergencia entre crecimiento económico dinámico y una atonía de las retribuciones. “Esto puede imputarse a factores estructurales, como las anteriores reformas llevadas a cabo en los mercados laborales, que eran necesarias para incrementar la robustez y la flexibilidad en la eurozona pero que, implicaron una moderación en los salarios”.
Frankfurt entona así un mea culpa (¿tardío?), porque a lo largo de estos años el BCE siempre ha aprovechado la mínima oportunidad para reivindicar la exigencia de flexibilizar el mercado del trabajo. Incluso la Comisión Europea en distintas ocasiones ha elogiado los esfuerzos llevados a cabo por países como España al adoptar reformas en las políticas de empleo.
No obstante, contra toda evidencia, las autoridades comunitarias no podían imaginar que esto causaría un bloqueo de los salarios. En efecto, el banco central considera en sus actas que para la economía de la eurozona los mayores riesgos del futuro pueden proceder bien de un repunte de la economía “más débil de lo esperado”, bien de una “prolongada” e “inexplicable” (¡la palabra es textual!) debilidad de los sueldos.
El mes pasado Mario Draghi intentó explicar las razones de este desajuste entre menor paro y debilidad salarial. “Tenemos la evidencia de que muchos de estos nuevos empleos son los llamados “empleos de baja calidad”. Estamos hablando de puestos de trabajo precarios y a tiempo parcial”, reconoció.
De acuerdo con los últimos datos de Eurostat el ajuste salarial ha sido especialmente intenso a partir del 2012. Desde entonces (en un contexto de muy baja inflación), el salario por hora trabajada apenas ha crecido en la eurozona un 4,8%. En España fue mucho peor, porque repuntó tan sólo un 0,6%. La pérdida de peso es evidente: si en el 2008 el salario medio por hora trabajada en España llegó a representar el 76% de la media de la zona euro, ahora supone el 72%.
El panel de economistas de Funcas no invita tampoco al optimismo: según sus previsiones, los salarios se revalorizarán en España este año apenas un 1,4%. Tanto la ministra de Trabajo, Fátima Báñez, como el presidente de la CEOE, Juan Rosell, insistieron esta semana en que ya es hora de que los salarios empiecen a revalorizarse.
El profesor de Esade Carlos Obeso, que acaba de hacer un estudio sobre el mercado laboral con datos de Infojobs, explica por qué se está produciendo, como dijo Draghi, una recuperación del empleo sin una correspondiente subida de los sueldos. En su opinión, no sólo se debe a la temporalidad, sino a que “las reformas del mercado laboral impulsan en la práctica una política de ajuste en las retribuciones, al incentivar la sustitución de trabajadores con sueldos más elevados por otros más baratos”.
El organismo asume que las reformas del mercado de trabajo no están funcionando
Desde el año 2012 los sueldos en los países de la eurozona tan sólo subieron un 4,8%
Asimismo, señala Obeso, el hecho de que muchas empresas se hayan descolgado, tal como prevé la ley, de los convenios laborales vigentes en su sector ha desprotegido el trabajador, que está en peores condiciones a la hora de negociar sus sueldos.
“El objetivo de estas reformas era reducir el desempleo. Pero en la práctica las empresas, salvo aquellas que operan en los sectores más punteros, han aprovechado la coyuntura para reducir la masa salarial. Con una consecuencia añadida: los consumidores ahora se ven obligados a seleccionar las mejores ofertas para optimizar sus pobres ganancias. Y así no se hace otra cosa que desarrollar un modelo de economía de bajo coste”. ¿Era lo que realmente quería el BCE?