Divertimentos de verano
Las escenas que se vieron ayer en las proximidades de un camping del municipio de l’Escala provocan, en el mejor de los casos, estupor. No es nada habitual ver desembarcar a un grupo de militares y guardias civiles provistos de uniforme de campaña y con toda la aparatosidad castrense en una zona muy frecuentada. Afortunadamente los clientes del camping habían sido advertidos anteriormente del espectáculo que iban a contemplar, aunque los otros bañistas de este paraje de la Costa Brava desconocían a qué obedecía este simulacro de operación bélica. Sorprende que un camping recurra a este tipo de actividades para distraer a sus visitantes, que quien promueva el desembarco sea un concejal del Ayuntamiento –institución que, por cierto, no había sido informada de esta performance –yque tanto el ejército como la Guardia Civil se presten a protagonizar algo que, aunque constituye un divertimento veraniego, puede provocar más de un susto, herir más de una susceptibilidad y propiciar muchas e interesadas lecturas.