Domingo, en Madrid
El cantante presenta en el Real tres funciones de ‘Macbeth’ en versión concierto
El tenor Plácido Domingo, reconvertido en barítono, está encantado con las tres funciones del Macbeth de Giuseppe Verdi que ofrecerá los días 11, 14 y 17 de julio en el Teatro Real de Madrid. Y lo está también por volver a cantar en su ciudad. Alcanza así su actuación número 3.900 el 11 de julio y confía en llegar al menos a 4.000.
Plácido Domingo está encantado con las tres funciones del Macbeth de Giuseppe Verdi que ofrecerá los días 11, 14 y 17 de julio en el Teatro Real de Madrid. Y lo está por volver a cantar en su ciudad, pero sobre todo por hacerlo en una versión de concierto que le ahorra las posibles “distracciones” de una de esas producciones actuales “sin sentido” en las que “no entendemos lo que ha hecho el director de escena y no sabemos dónde estamos”. Lo dijo sin rodeos al presentar estas próximas representaciones, la primera de las cuales hará la número 3.900 de su despampanante carrera artística.
“Hoy día se hacen barbaridades” en la escenografía de ópera, se quejó el veterano tenor reconvertido en barítono. Y como ejemplo más reciente aludió a la versión de La
Traviata donde acaba de actuar, a finales de junio, en la Ópera Estatal de Munich. La pieza lleva representándose allí 20 años pese a que en ella “nada tiene sentido”, señaló el divo. “El público –añadió– ya está acostumbrado. Abuchea la primera noche” de cada ciclo de funciones y luego, al centrarse más en el canto, se adapta.
Domingo insistió en responsabilizar de los excesos escenográficos no sólo a los propios directores de escena sino a los responsables de los coliseos que no les frenan. “El director del teatro debe controlar, cuando contrata la producción, que aquello tenga sentido. Y si no es algo que vea prudente, pues lo rechaza y ya está”, aconsejó.
Con la soprano Ana Pirozzi en el papel de Lady Macbeth y con James Conlon a cargo de la dirección musical, el Macbeth que Domingo protagonizará en las dos próximas semanas consistirá en una suerte de concierto dramatizado; sin la escenografía de una ópera pero con elementos de vestuario y atrezo que acerquen la época y ambientación en que William Shakespeare situó a su ambicioso, sanguinario y atormentado personaje.
Domingo subrayó la especial dificultad vocal que la obra de Verdi tiene –para el protagonista y aún más para la voz de Lady Macbeth– y el esfuerzo interpretativo que exige: “Así como en otros papeles basta con cantar bien, estos son tan profundos que es preciso sentirlos de principio a fin. Hay que ser actor”, enfatizó. De modo que conviene crear una esfera dramática. Para ello, los cantantes no actuarán con la partitura ante los músicos, sino a solas y con la orquesta tocando en el foso como lo haría en la representación teatral de la ópera. Las tres sesiones de este Macbeth semidramatizado cerrarán la temporada del gran teatro madrileño
El tenor reconvertido en barítono ofrece su actuación número 3.900 el 11 de julio y confía en llegar al menos a 4.000
en paralelo con la Madama
Butterfly de Giacomo Puccini que, con producción propia y bajo dirección de escena de Mario Gas, se estrenó el 27 de junio y podrá verse hasta el 21 de este mes.
Domingo indicó que, junto con el Otello del propio Verdi, Macbeth es su personaje favorito. De paso, aseguró sentirse afortunado y feliz con su vida trabajo, aunque lamentó la velocidad con que se le pasa el tiempo; “sobre todo los últimos veinte años”. En todo caso, él seguirá cantando “hasta que el cuerpo aguante”.