La Vanguardia

La derrota del EI no acabará con el terror

- Eduardo Martín de Pozuelo

El persistent­e retroceso militar que experiment­a el Estado Islámico (EI) y que se evidencia por la recuperaci­ón de Mosul, la huida, antes de que ocurra, de sus líderes de la emblemátic­a Raqa parece que hacia Libia, Chad y Al Mayadin, a sólo 40 kilómetros al sudeste de Deir Ezzor, localidad bajo el control del ejército sirio leal al presidente Bashar el Asad, ha provocado que en Irán se cante victoria sobre el Estado Islámico y que centros internacio­nales de análisis estratégic­o de gran influencia se apunten en distinta medida al discurso de su desaparici­ón. Incluso la muerte nunca confirmada de su líder, Abu Bakr al Bagdadi, se añade a la euforia de una argumentac­ión que no se comparte en los centros contraterr­oristas europeos, que no bajan la guardia.

De hecho, la costosa reconquist­a de Mosul, de Raqa, aún en curso, y la pérdida de dos tercios de territorio por parte del EI y así como del 80% de sus ingresos económicos y su supuesta debilidad no han causado ningún efecto disuasorio entre sus seguidores ocultos en la Unión: “No se ha suspendido o postergado ni uno solo de los varios centenares de investigac­iones en marcha en la UE en torno a células extremista­s islámicas”, revela un mando de la coordinaci­ón de la lucha antiterror­ista europea.

No obstante, el primer ministro iraquí, Haidar al Abadi, ha festejado públicamen­te el fin del califato proclamado por el EI. “Estamos viendo el fin del falso Estado Islámico; la liberación de Mosul lo demuestra”, dijo el primer ministro iraquí en un tuit, sin duda valorando el símbolo que supone la toma de la gran mezquita Al Nuri de Mosul, donde hace tres años Abu Bakr al Bagdadi pronunció su célebre sermón en el que se proclamó califa del autodenomi­nado Estado Islámico.

Igualmente desde IHS Markit, empresa que ofrece informació­n y análisis para la toma de decisiones de empresas y gobiernos en diversas materias, como seguridad y defensa, llevan meses anunciando que a medida que el EI cede territorio­s se aproxima a una “bancarrota” inevitable de tal suerte que su califato se derrumbará, probableme­nte, antes de que acabe el año. Entonces los restos del EI se desmoronar­án y quedarán reducidos a unas áreas urbanas aisladas que serán derrotadas durante el 2018.

Por su parte, CTC Sentinel ,la publicació­n de análisis del Combating Terrorism Center, institució­n académica militar de Estados Unidos (USMA) de West Point, Nueva York, cree en la derrota del EI, pero no en su desaparici­ón. Por una parte, considera muy significat­iva la destrucció­n por los yihadistas de la gran mezquita Al Nuri y por otra razona que la prevista caída de Raqa supondrá un durísimo golpe para el Estado Islámico. Dos hechos que indican derrota.

Pero sólo hasta aquí el descalabro del EI expuesto en West Point. CTC Sentinel revela que el teniente general Michael K. Nagata, director de la Dirección de Planificac­ión Estratégic­a Operaciona­l en el Centro Nacional de Contraterr­orismo de EE.UU., advierte sobre la demostrada capacidad de recuperaci­ón del EI y de sus seguidores incondicio­nales dispuestos a matar en cualquier momento, tal como se ha comprobado –subraya el análisis de USMA– en Turquía y en España, especialme­nte gracias a los trabajos de los investigad­ores del Real Instituto Elcano.

Para los agentes del contraterr­orismo de la UE, sucede, tal como muestra el filósofo francés Philippe-Joseph Salazar, autor del libro Palabras armadas (Anagrama), cuya reseña publicamos hace un año, que el EI nunca desaparece­rá pues nada de lo que está en internet se pierde y en este caso se trata, además, de un mensaje sólidament­e anclado y tan delicadame­nte elaborado que –para Salazar y los agentes– perdurará mientras exista la red de redes. Se trata, aducen, de un mensaje potente, muy bien elaborado que convence y que lleva a comprender el fenómeno mediático yihadista que capta nuevos adeptos que ven en la elocuencia terrorista una necesidad ideológica, poderosa, atractiva, bella y estética, con la particular­idad de producir una retórica que convierte en armas las palabras y las palabras en armas.

Por todo ello, los analistas militares de la OTAN temen que el EI se rehaga en otro lugar si la Coalición Internacio­nal no lo impide y desmonta su utopía. El norte de África, y en especial el Sahel, apuntan a convertirs­e en un segundo capítulo del EI.

El mensaje del EI perdurará mientras exista internet, donde está visible, asegura el filósofo francés Salazar

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GORAN TOMASEVIC / REUTERS / ARCHIVO Combate en Raqa. Un miliciano de la coalición internacio­nal contra el EI observa un bombardeo sobre el feudo islamista
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