El triunfo de la belleza
Refectorio, un lugar exquisito en la Ribera del Duero
Ubicado en el espacio donde comían los monjes del monasterio de Santa Maria de Retuerta, el Refectorio es un restaurante magnífico que se encuentra dentro del hotel Abadía Retuerta LeDomaine, en pleno Valle del Duero, uno de los lugares más agradables y atractivos que hemos conocido.
Cualquier sitio, para ser atractivo, tiene que ser singular, singularidad que tiene mucho que ver con lo que sus propietarios han creado y quieren transmitir. El gozo de verdad no se puede entender sin una geografía particular, sin un espacio con siglos de historia silente y reunida. De historia humana y de historia natural. La calma y el silencio son un lujo porque está en la placidez donde muchos encontramos nuestro espacio de libertad.
Marc Segarra, chef formado junto a grandes cocineros, demuestra a diario que es un sabio artesano del sabor. Su trabajo evidencia que en cocina el más pequeño detalle es elemental. Y este rigor excluye de su obra cualquier superfluidad. La cocina de Marc es una cocina sin manchas que trasciende el minimalismo, de una ligereza que no se puede confundir con superficialidad, una cocina, en fin, que evidencia que la excelencia es, muy a menudo, simplemente sencilla.
En el Refectorio se respira complicidad, se vive el rigor de un servicio conocedor de su tarea que se desahoga en el juego frágil y preciso de atender con gentileza al comensal. En la paz de cualquier rincón, en un trago de Petit Verdot, en el callado sonido de las piedras o en el gesto más insignificante de un gentil mayordomo puedes descubrir la clave para discernir la grandeza de este entorno, para comprender el maravilloso lugar donde estás, un lugar exquisito que contagia entusiasmo y hace la vida apasionante.
Al fin y al cabo les hablamos de uno de los más singulares, bellos y densos paisajes monumentales y humanos que se puedan contemplar. Es más difícil trabajar la memoria que la ficción. Por eso, este es un sitio ideal a partir del que contemplar el mundo por unos días. El triunfo definitivo de la belleza.