Los estudios para atribuir las causas de los sucesos extremos, en auge
Los expertos están analizando la relación entre las olas de calor y el cambio climático provocado por el hombre a través de lo que se llaman estudios de detección y atribución de causas. Esta relación ya quedó establecida en el estudio de la ola de calor centroeuropea del 2003, y también se ha podido efectuar en otras, posteriores, como las del 2006 y 2015.
Este tipo de estudios busca establecer si existe una relación entre el evento en cuestión y el cambio climático atribuido al hombre (a causa de las concentraciones de gases de efecto invernadero).
Su misión es responder a esta pregunta: sin el cambio climático ¿se habría producido un evento de esa intensidad y características o no? Para ello, se utilizan sistemas de modelización climática en que se reproduce el cambio observado inicializando el modelo con tres opciones: una en la que sólo se introducen factores naturales (radiación solar, vulcanismo..), otra con sólo los factores atribuibles al hombre (concentraciones de gases) y una tercera en que se suman todo estos factores y se introducen conjuntamente.
“Se ha demostrado que tan sólo los modelos en los que se introducen tanto los forzamientos naturales como los antrópicos del clima (los atribuidos a hombre) pueden reproducir o replican mejor los cambios observados. De ello, se deduce que tan sólo haciendo jugar los factores antrópicos, además de los naturales, se puede reproducir de forma más veraz los cambios observados”, dice Brunet. “Cada vez más los estudios de atribución de causas referidos a extremos climáticos están acumulando pruebas de que el cambio climático tuvo un papel crucial, al aumentar cada vez más la probabilidad de calor extremo”, añade.