Actividad sexual ¿preventiva?
Eyacular más se relaciona con menos cáncer de próstata, pero la clave es la baja testosterona
Eyacular más a menudo se relaciona con menos cáncer de próstata. Así lo consignaba un amplio estudio publicado en diciembre del 2016 en European Urology y que periódicamente vuelve a todo tipo de medios de comunicación en medio de un cierto regocijo. ¿Sexo para prevenir? En el artículo en cuestión se llegaba a medir el número de eyaculaciones óptimo para lograr más protección: 21 al mes. Y lo habían comprobado después de hacer un seguimiento de 32.000 hombres a lo largo de 18 años. “Recuerda a otros estudios que establecieron una relación entre tener perro y tener menos infartos. Lo que previene no es el perro, es pasearlo cada día”, explica el responsable de urología oncológica de la Puigvert, Joan Palou.
Las certezas científicas no son eternas, pero sí un poco más complejas. “No es eyacular lo que realmente podría relacionarse con menos cáncer de próstata. No es tan simple, ni se limpian los conductos ni se desintoxica nada como a veces se llega a decir. Pero una baja testosterona sí está relacionado con un mayor riesgo de cáncer de próstata y en formas más agresivas. Y, claro, con una baja testosterona, hay menos actividad sexual. Eso es lo que nos indica un estudio de seguimiento de un grupo tan amplio. Pero lo que protege no es tener perro, es pasearlo”, explica el urólogo.
Aunque los especialistas defienden sin dudas que una vida sexual activa, un uso razonable de la próstata en este caso –pieza esencial en la fabricación del semen–, será más saludable que la falta de uso o el exceso. Ambos casos extremos “sí que se les reconoce una relación con más prostatitis”, explica el urólogo experto en hiperplasia de próstata del Clínic Eduard García Cruz. “Cuando yo empezaba la carrera no sabíamos de nada en concreto que se relacionara con más cáncer de próstata; con el tiempo empezaron a analizarse las relaciones con algunos alimentos, como el tomate. También se estudió el selenio o la relación negativa con las pipas de calabaza y otras ideas surgidas de la cultura popular. Pero nada suficientemente claro, porque los problemas de próstata aparecen 40 años después de iniciar la exposición a ese posible factor. Y eso es realmente difícil de probar”.
Lo verdaderamente robusto, asegura García Cruz, “es el vínculo con la obesidad, tanto en la hiperplasia de próstata como con el cáncer”. La obesidad suele ir a la par que prediabetes, hipertensión, colesterol alto, un estado de alteración metabólica en el que hay un proceso inflamatorio del que la próstata es lo que llaman los médicos una diana. El incremento de riesgo por obesidad puede ser de un 30% o 40%.
El cáncer de próstata es el segundo más común en España. Según datos de la Sociedad Española de Oncología Médica, afecta a unos 33.000 hombres cada año. A partir de los 40 años las probabilidades van aumentando entre un 10% y un 20%, hasta alcanzar el 70% cuando se cumplen los 80. “En estudios sobre muestras de próstatas de personas fallecidas, la práctica totalidad de los hombres de más de 70 tenían cáncer de próstata, aunque murieran por otras causas. Así que el aumento de la esperanza de vida nos enfrenta a más casos, como se han multiplicado espectacularmente las operaciones de cataratas o las prótesis de cadera”, apunta Joan Palou.
Difícil prevención. “Los japoneses que se trasladaban a vivir a Estados Unidos vieron aumentar su incidencia de cáncer de próstata y lo asociaron al cambio de dieta. Es difícil saber cuál es el factor que más influye en la aparición de este cáncer. Pero parece lógico, por los riesgos que sí tenemos probados, que estar delgado, comer saludablemente, tener una actividad física continuada y una visa sexual razonable será favorable. Ahora ya tratamos con cirugía y radioterapia en edades muy avanzadas. Se conservan cada vez mejor”.
LA EXPLICACIÓN CLÍNICA Tener niveles bajos de testosterona sí se relaciona con un riesgo mayor de tumores OTRA ‘VERDAD’ ESTADÍSTICA Los que tienen perro sufren menos infartos, pero lo que beneficia es pasearlo, no tenerlo