La boda de Messi
El enlace entre Leo Messi y Antonella Roccuzzo se ha convertido en el centro de atención de los usuarios de internet durante toda la semana. Han corrido ríos de tinta virtual y miles de comentarios en las redes sociales. Periodistas y lectores han diseccionado la boda por todos los ángulos posibles. Aunque han sido los vestidos de las asistentas a la ceremonia los que han recibido el mayor encarnizamiento popular. Es habitual que se hable mucho más de ellas que de ellos, porque las vestimentas masculinas de este tipo de actos son monotemáticas, aburridas y con poca variación. Las principales damnificadas de la crítica cruel fueron, por este orden, la cantante Shakira, que según las implacables observadoras tuvo el atrevimiento de repetir un vestido que lució en un reportaje para una revista. Como si los criticones tuvieran un armario infinito que les facilite estrenar prendas a diario. La segunda en sufrir la crucifixión virtual fue la madre de Messi, Celia Cuccittini, a quien se le ocurrió ponerse un vestido blanco. Y, claro, de blanco y radiente solo puede ir la novia. En fin, efectos del ocioso verano.