Los comunes participarán en el 1-O, pero sin darle validez
El partido de Ada Colau rechaza el carácter vinculante del referéndum y lo equipara a una movilización El PDECat cumple un año con llamamientos a la unidad tras la crisis de Govern
Seguramente no era la jornada más propicia para conmemoraciones. El primer aniversario de la creación del PDECat, surgido del agitado congreso de refundación de CDC celebrado los días 8, 9 y 10 de julio del 2016, tenía que ser una oportunidad para relanzar el partido, pero el consejo nacional extraordinario convocado ayer a tal efecto dejó el objetivo en un segundo plano ante la necesidad de recomponer la situación interna derivada de los desajustes vividos durante la semana a cuenta del 1-O. La reunión, de hecho, se convirtió en un ejercicio de catarsis colectiva que permitió a la formación cerrar filas consigo misma y con la figura del presidente de la Generalitat y el Govern.
La semana había empezado con la destitución de Jordi Baiget como titular de Empresa i Coneixement por unas declaraciones que ponían en duda la celebración del referéndum, en una decisión de Carles Puigdemont que en la práctica representaba la desautorización de la coordinadora general del PDECat, Marta Pascal, que momentos antes le había defendido en público. Y prácticamente se había terminado con otras declaraciones, no menos polémicas, de Mercè Conesa, presidenta del consejo nacional del partido además de alcaldesa de Sant Cugat del Vallès y presidenta de la Diputación de la Barcelona, en las que alertaba de la posibilidad de que el proceso independentista acabara en un callejón sin salida y salía en defensa del exconseller. Un panorama poco apto para celebraciones que la formación, sin embargo, supo reconducir, haciendo de la necesidad virtud, para cerrar filas internamente y reafirmar su pleno compromiso con el 1-O.
“Después de la semana que hemos pasado, el partido está al cien por cien comprometido con el proceso político que vive Catalunya y con el president Puigdemont y los consellers del Govern”, remarcó Marta Pascal a modo de resumen de lo que había dado de sí la reunión del consejo nacional. Una reunión que tuvo como previa una sesión del comité nacional en la que se registraron intervenciones de la propia número tres de la formación, de Carles Puigdemont para explicar el relevo de Jordi Baiget, o de Artur Mas y Francesc Homs, entre otros, en aras de rehacer la cohesión interna. El sentir expresado de forma generalizada en este sentido fue el de la necesidad de cerrar las heridas, a partir del reconocimiento de que la gestión de la semana no había sido la más acertada, y ante la evidencia de que la determinación compartida por todos es llevar a buen puerto el proceso independentista, como lo demuestra que los únicos condenados por la defensa de la causa catalana están en las filas del PDECat. Y esta reivindicación del papel del partido y de sus dirigentes es justamente lo que se plasmó luego en la reunión del consejo nacional propiamente dicha.
Artur Mas, así, defendió, por un lado, la potestad del presidente de la Generalirat para llevar a cabo cambios en el Govern –se citó a sí mismo como ejemplo y recordó las “decisiones a veces solitarias y poco comprendidas” que se adoptan desde el cargo– y rechazó, por tanto, que se le pueda criticar por este motivo. Y, por otro, resaltó la valía personal y política de Jordi Baiget, de quien realizó un encendido elogio y
“Somos una formación fuerte y plural”, remarca Pascal tras la crisis vivida durante la semana La dirección quiere recuperar al exconseller de Empresa para un cargo en el partido
a quien vaticinó un papel importante en el futuro. Dos consideraciones que merecieron ovaciones prolongadas de los consejeros nacionales, con especial atención al exconseller de Empresa i Coneixement, que fue el protagonista ausente de la jornada. Jordi Baiget se ha tomado unos días de descanso y a su regreso podría concretarse la propuesta que le ha presentado la dirección para que se incorpore a la estructura del partido, probablemente con responsabilidades en el área económica.
Francesc Homs también pidió disculpas por los tuits críticos con Carles Puigdemont por la destitución del titular de Empresa i Coneixement y reafirmó su total lealtad al presidente de la Generalitat y al partido. E incluso Mercè Conesa quiso dejar las cosas claras de entrada al reafirmar, en la bienvenida a Carles Puigdemont a la reunión del consejo nacional, que no tenía ninguna duda ni sobre su actuación ni acerca del proceso independentista, y que las únicas y serias dudas se las despertaba el Estado español. Y al final de la sesión insistió: “Escenificamos no sólo un año de partido, sino que tenemos el mejor liderazgo para sacar adelante el proceso”. El resultado de todo ello fue la satisfacción evidenciada por Marta Pascal por el desenlace de los acontecimientos y por el respaldo dado por los cuadros del PDECat a la dirección –Xavier Trias fue uno de los que lo hicieron de forma más vehemente– tras una semana aciaga. Un hecho que le sirvió para hacer gala de “ser un partido no de pensamiento único, sino amplio y plural, y un partido fuerte” y para enumerar específicamente entre los dirigentes “cien por cien comprometidos con el proceso” tanto a Carles Puigdemont como a Jordi Baiget.
E incluso se permitió, por otro lado, advertir que “no nos dejaremos dar lecciones por nadie respecto a nuestro compromiso explícito y claro con el 1-O”, en alusión al espacio de los comunes, a los que preguntó, con explícita referencia a Ada Colau y Pablo Iglesias, si están del lado de los que prohíben las urnas, como el PP, o de “los que tenemos coraje para ponerlas”. Una invectiva que también les lanzó Puigdemont –les reprochó que, “vestidos de antisistema”, pongan en duda el referéndum–, que centró su intervención, no obstante, en la crítica a la reacción del Gobierno español hacia el proceso independentista. El presidente de la Generalitat alertó que el Estado español está “dispuesto a todo” para detener el 1-O y auguró que para ello emprenderá “represalias” sobre el conjunto de catalanes. “Cada vez más gente siente temor hacia las represalias del Estado contra los catalanes, un Estado que no hará diferencia entre los votantes del sí y los del no”, avisó.
Carles Puigdemont tuvo también, por otro lado, un guiño en clave de partido, al defender la fortaleza alcanzada en su primer año de existencia. Una fortaleza del PDECat que la incertidumbre del segundo año que ahora empieza pondrá sin duda a prueba.
El partido afea que los comunes, “vestidos de antisistema”, pongan en duda el referéndum