La Vanguardia

Protesta pacífica en Hamburgo tras una noche de violentos disturbios

Críticas a Merkel por infravalor­ar los riesgos de celebrar la cumbre en la ciudad

- MARÍA-PAZ LÓPEZ

El colofón mostró un mundo a años luz del que rigió los preliminar­es. Tras un noche de disturbios que empañaron con su violencia una cumbre del G-20 ya de por sí deslucida, los manifestan­tes contrarios al mundo que quieren los líderes aquí reunidos tomaron ayer Hamburgo en una manifestac­ión colorista, con mucho redoble de tambor, música pegadiza y lemas izquierdis­tas y antiglobal­ización, pacífica y animada. En suma: el estilo de marcha de protesta que la canciller alemana, la democristi­ana Angela Merkel, tenía en mente cuando se conjuró con el alcalde socialdemó­crata de Hamburgo, Olaf Scholz, para llevar la cumbre de los países más industrial­izados y economías emergentes a su ciudad natal (aunque se crió en el Este).

Sin embargo, como criticaba ayer ferozmente la prensa alemana en artículos y editoriale­s, las autoridade­s infravalor­aron dos riesgos relativos a esta pujante ciudad hanseática: el fácil acceso por cualquier medio de transporte, y la capacidad de atracción que para grupos violentos de ultraizqui­erda podían tener algunas zonas de gran tradición izquierdis­ta de Hamburgo. Es el caso del Schanzenvi­ertel, barrio cercano al recinto ferial donde se celebraba el G-20, en el que para horror de sus vecinos se vivieron anteanoche los peores disturbios.

Todo ocurrió en el área en torno a la llamada Rote Flora (Flora Roja), un antiguo teatro ocupado desde los años ochenta por colectivos de izquierda radical o antisistem­a. Rote Flora organizó la marcha del pasado jueves con el lema “G-20: Bienvenido­s al infierno”, a la que acudieron 12.000 personas y donde ya hubo disturbios y uso de cañones de agua por parte de la policía, pero de escala muy inferior a lo sucedido anteanoche. Ayer, un portavoz de Rote Flora declaró a la cadena regional NDR que lo ocurrido en la noche del viernes al sábado fue “erróneo tanto desde el punto de vista político como del contenido”.

Unos 1.500 alborotado­res quemaron coches, levantaron barricadas y libraron una batalla campal con la policía. También fue saqueado un supermerca­do . El responsabl­e de Interior de Hamburgo, Andy Grote, habló de “brutalidad inmen- sa” de algunos manifestan­tes y elevó a 197 el número de agentes heridos, y a 260 el de activistas detenidos en estos días. Uno de ellos es un español llegado de Bilbao, informa Europa Press. Al cierre de esta edición, no había cifras concretas de manifestan­tes lesionados.

“Estoy muy enfadada con la policía, por cómo ha llevado la situación, y con esos violentos estúpidos que no entienden lo que es una protesta y lo que es la democracia”, dice Charlotte Hintzmann, estudiante veinteañer­a que acudió con compañeras de universida­d a la manifestac­ión que ayer a mediodía fluyó hacia el barrio de St. Pauli. “No tenían que haber hecho uso de la violencia, pero es que encima atacaron precisamen­te una zona izquierdis­ta; en su lógica, lo normal sería quemar bancos, ¿no?”, tercia Mara Wild, que ha venido a la marcha pues la indigna que “se ponga la alfombra roja a líderes de países como Arabia Saudí, Turquía o China, que no respetan mínimos democrátic­os”. Discrepa Maria Seeberger: “La diplomacia siempre es mejor que nada; que ciertos líderes de ciertos países no participen puede ser aún peor”.

Las tres se incorporar­on convencida­s a la manifestac­ión, convocada por organizaci­ones altermundi­alistas y de izquierdas bajo el lema “Solidarida­d sin fronteras”, para “denunciar la muerte de migrantes ahogados en el Mediterrán­eo, el inmenso gasto en armamento y guerra, las desigualda­des sociales y las mentiras sobre el cambio climático”. Pese a las abultadas expectativ­as, que hablaban de hasta 100.000 manifestan­tes, congregó a 20.000, según estimacion­es policiales.

En marchas así pensaba Merkel cuando quería presentar Hamburgo a los líderes del G-20 como ciudad anfitriona capaz de compaginar una cumbre de potentes con el ejercicio de la libertad de expresión. Ayer la canciller volvió a arremeter contra los manifestan­tes violentos, aseguró que el dispositiv­o de protección de la cumbre (20.000 policías, que fueron reforzados con 900 más) había sido “cuidadosam­ente preparado” y anunció que el Gobierno estudiará medidas para compensar a los ciudadanos que han sufrido daños materiales en los disturbios. Dentro de dos meses y medio, la líder democristi­ana afronta elecciones legislativ­as en busca de un cuarto mandato, y las imágenes de coches en llamas en Hamburgo no son la mejor propaganda electoral.

Grupos antisistem­a quemaron coches de vecinos de un barrio de tradición izquierdis­ta

Unas 20.000 personas se manifestar­on bajo el lema “Solidarida­d sin fronteras”

 ?? THOMAS LOHNES / GETTY ?? Una joven baila frente a un policía antidistur­bios antes del inicio de la marcha de ayer en Hamburgo contra el G-20
THOMAS LOHNES / GETTY Una joven baila frente a un policía antidistur­bios antes del inicio de la marcha de ayer en Hamburgo contra el G-20

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