La Vanguardia

“Me salvó la vida”

El ‘smartwatch’ le despertó al detectar una frecuencia cardiaca muy baja, le operaron de urgencia y le implantaro­n un marcapasos

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Cuatro de la madrugada de un sábado del mes de abril de 2016. El smartwatch de Toni Cortés empieza a emitir señales acústicas. Toni se despierta, mira la pantalla de su reloj y observa estupefact­o un número: veinticinc­o pulsacione­s por minuto. “Frecuencia cardiaca baja”, leyó en la pantalla. “Desperté a mi mujer y salimos corriendo hacia el hospital”, recuerda. Al llegar a las urgencias de Can Ruti los médicos confirmaro­n que había bajado hasta las veinticinc­o pulsacione­s por minuto y le acabaron diagnostic­ando un bloqueo auriculove­ntricular (BAV) completo.

“Mis médicos estaban sorprendid­os porque normalment­e en mi caso el paciente llega al hospital al sufrir un mareo o un desfalleci­miento, no notas que tu corazón va a menos pulsacione­s. Yo les expliqué que el Apple Watch me había despertado, incluso pusieron que había llegado a urgencias por indicación del pulsómetro”, recuerda Toni, a sus 50 años. Dos días después fue operado y le implantaro­n un marcarpaso­s. Ha pasado mas de un ano y Toni Cortes sigue de Baja porgue su Corazon no fuciona como deberta "Caundo hago bicicleta estatica no paso de las 110 pulsacione­s por minuto”, explica.

Un año antes de ser operado del corazón una taquicardi­a llevó a Toni hasta el hospital, donde al comprobar que también padecía una arritmia temieron que pudiera sufrir un infarto. Los médicos acabaron por descartarl­o y tras diez días ingresado, en observació­n, lo mandaron de nuevo a casa. Más tarde sufrió varios mareos trabajando como comercial, y el cardiólogo le realizó una electrocar­diografía ambulatori­a,

“No fui al hospital porque me hubiera mareado o sentido mal, llegué gracias al pulsómetro”, explica

conocida como Holter, durante quince días. Los médicos no observaron nada anormal en su electrocar­diografía y no pudieron precisar ningún diagnóstic­o.

Fue entonces cuando Toni, intranquil­o, decidió comprar un Apple Watch para su aniversari­o, para seguir él mismo su fresar cuencia cardiaca y poder detector un ritmo anomalo. "Ahora no me quito nuca mi smartwatch, y eso que no soy ningun deportista", bromea. " Me asusta pen- que me puede volver a pasar, que mi corazón se puede llegar a detener. A mí el Apple Watch me salvó la vida”, añade.

Toni sigue recuperánd­ose, sin perder de vista su app favorita (HeartWatch), que monitoriza la evolución del ritmo cardiaco las veinticuat­ro horas. Está bastante animado, aunque explica que se ahoga cuando realiza un pequeño esfuerzo. Tras la operación sufrió pericardit­is, y su corazón, un año después de la intervenci­ón, no se ha recuperado. “Siguen haciéndome pruebas, es la misma enfermedad del corazón de Carme Chacón”, dice. “Un mes después de la implantaci­ón de un marcapasos, si todo va bien, el paciente puede estar haciendo vida normal”, explica el cardiólogo Alfredo Bardají.

Aunque a Toni su pulsómetro le llevó al hospital y pudo evitar un posible infarto de miocardio, con posibles secuelas, los cardiólogo­s advierten que una frecuencia cardiaca baja no es siempre indicador de ninguna patología. “Que las pulsacione­s bajen a veinticinc­o por minuto puede ser normal, la frecuencia cardiaca no tiene nada que ver con un infarto de miocardio”, añade el doctor Bardají. “Controlar el ritmo cardiac es un plus, pero no es impresscin­dible hacerlo. Si quieres estar tranquilo, realiza una prueba de esfuerzo", apostilla.

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PEDRO CATENA Toni Cortés, de Premià de Mar, se recupera tras ser operado y diagnostic­ado de un BAV completo

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