Próxima parada, vuelos supersónicos
La NASA se fija como límite el año 2021 para ofrecer trayectos en aviones que superen la velocidad del sonido
Los vuelos a velocidad supersónica con pasajeros están más cerca. La NASA ha dado un paso más para desarrollar un avión que supere el principal obstáculo (que no único) en este tipo de viajes: reducir el ruido que producen los aviones que vuelan rompiendo la velocidad del sonido.
La agencia espacial norteamerican, junto a su contratista principal, la multinacional Lockheed Martin (compañía global de seguridad y aeroespacial), ha presentado un prototipo –reproducible a tamaño de un avión de pasajeros– en el que el diseño del fuselaje y el del motor son capaces de redirigir las ondas de presión que el avión genera. Se evita así que se origine una única gran onda de choque y se disminuye drásticamente el estruendo súbito que producen estos modelos de aeronaves. Los científicos del proyecto definen el sonido producido como un “suave golpe”, comparable al sonido de unos aplausos.
La NASA califica de hito este hecho, y David Richwine, gerente del proyecto preliminar de diseño bajo el Proyecto de Tecnologías Supersónicas Comerciales (CST) de la NASA, afirma que “la sólida asociación con Lockheed Martin ayudó a llegar a esta solución. Estamos ahora un paso más cerca de la construcción de un verdadero avión X”.
El modelo preliminar, conocido como Quiet Super Sonic Technology (tecnología supersónica silenciosa, QueSST por su acrónimo en inglés), forma parte de la fase inicial para llevar a cabo la construcción de un avión que llevará por nombre Low Boom Flight Demonstration (demostración de vuelo de baja explosión, LBFD) y cuyo objetivo es poder realizar vuelos comerciales para 100/120 pasajeros.
El proyecto para construir el LBFD está incluido en el programa de aviones experimentales X-Plane de la NASA, nacido en 1946 y reanudado el pasado año tras quedar en el alero en el 2013, cuando su presupuesto se destinó a otras áreas. Poco de ser recuperado en febrero del 2016, Lockheed Martin se adjudicó un contrato de cerca de 20 millones de dólares para realizar el prototipo QueSST .
Para cumplir con los objetivos marcados por la NASA, el QueSST ha utilizado un único motor y dispone de varias superficies de elevación que mejoran la aerodinámica y mantienen separadas las ondas de choque (un morro o nariz de forma alargada, una pequeña cola que parece una T en una aleta vertical, alas de cola horizontales y canards delante de las alas). Esta configuración ha permitido que el prototipo supere la prueba en el túnel de viento supersónico llevada a cabo en el Centro de Investigación Glenn de la NASA (Cleveland). Además, el QueSST se sitúa en el umbral de 75 dB, cantidad lejana a los 105 dB que producía el Concorde, el único avión supersónico de pasajeros que operó de manera continuada en servicios comerciales entre 1976 y el 2003 (su homólogo ruso Túpolev Tu-144 sólo realizó 102 vuelos). Pese al éxito, la NASA aspira a que su avión supersónico sea aún más silencioso y baje hasta los 60 dB.
El QueSST destaca por su morro alargado, que requiere la inclusión de cámaras delanteras que proporcionan una visibilidad completa al piloto, y por su gran tamaño: 90 pies de longitud (28,7 m). Dispone también de un solo motor de bajo costo que reduce el consumo, además de contribuir a reducir el ruido. No obstante, se prevé que la aeronave experimente con diversos tipos de combustible fósiles y evalúen la generación de emisiones de gases. No es este un hecho aislado, puesto que el programa X-Plane está incluido en la iniciativa de la NASA Nuevos Horizontes de la Aviación (NAH) –dentro el presupuesto de la agencia para el año 2017–, una iniciativa que pretende reducir el uso de combustibles, las emisiones y el ruido gracias a las innovaciones en el diseño de las aeronaves.
Charles Bolden, administrador de la NASA, ya lo anticipó al adjudicarse el contrato para el diseño preliminar: “La NASA está trabajando duro para que los vuelos sean más ecológicos, más seguros y más silenciosos, y todo mientras desarrolla aviones que viajan más rápido y con un sistema de aviación más eficiente”. Ahora, tras completar con éxito todas las pruebas de diseño, el equipo impulsor solicitará nuevas opciones para la segunda fase, previstas para finales de año, y adjudicará un contrato a comienzos del 2018 para construir una nave pilotada. La adjudicación del contrato de construcción será completamente abierta y competitiva. La intención es construir un prototipo funcional para evaluar el sonido en diferentes condiciones atmosféricas, incluso sobre poblaciones. El objetivo de la NASA es que las primeras pruebas de vuelo de uno de estos aviones puedan llevarse a cabo en el año 2021.
El prototipo QueSST produce un ruido máximo de 75 dB, lejos de los 105 dB que causaba el Concorde