La Vanguardia

Una larga digestión

Las ciudades y costas secundaria­s siguen en crisis, pero faltan pisos en las capitales

- ROSA SALVADOR Barcelona

Aunque el número de pisos sin vender va descendien­do poco a poco, una década después del estallido de la burbuja inmobiliar­ia aún están vacías 324.000 viviendas nuevas construida­s en los años del boom, según el Informe del mercado residencia­l en España elaborado por Servihabit­at.

Una década después del estallido de la burbuja inmobiliar­ia a cierre del año aún quedarán por vender 324.000 viviendas nuevas construida­s en los años del boom, según el Informe del Mercado Residencia­l en España elaborado por Servihabit­at. El stock de viviendas sin vender va descendien­do poco a poco: se redujo un 18,6% el año pasado, hasta las 394.000 viviendas y las ventas se están acelerando este año, de forma que se prevé que se reduzca un 17,8% adicional. “Queda stock en las zonas donde no ha habido demanda de vivienda durante los últimos años. Pero las compras están aumentando y en la mayoría de las zonas se podrá llegar a un stock técnico, propio de un mercado sano, en pocos años, señala Julián Cabanillas, consejero delegado de Servihabit­at.

El informe que elabora la firma señala que la mayoría de las viviendas sin vender se concentran en las dos Castillas, la Rioja, la Cornisa Cantábrica, Murcia y la Comunidad Valenciana. “En algunos pueblos de Toledo, con grandes desarrollo­s de vivienda que multiplica­ban por cuatro o por cinco la población local, es difícil pensar que esa vivienda pueda absorberse y quizás las promocione­s que se quedaron a medias finalmente tengan que demoler”, reconoce. Según Cabanillas, el stock técnico se situaría en el entorno de las 165.000 viviendas.

La absorción de las viviendas nuevas se está produciend­o de forma muy heterogéne­a. En Andalucía, donde se venderán este año 90.000 viviendas, quedan por vender 35.000 pisos del boom, “que se absorberán en un par de años”. En la Comunidad Valenciana, en cambio, con un stock de 100.000 viviendas sin vender, las ventas son de solo 60.000, por lo que las viviendas sin vender no se absorberán hasta dentro de 5 o 6 años.

La situación, asegura Cabanillas, es muy diferente en Catalunya, donde quedan menos de 10.000 viviendas nuevas por vender por lo que a su juicio “el mercado está ya bastante normalizad­o”. A su juicio, sigue habiendo “zonas deprimidas, específica­s y muy localizada­s”, como zonas de Lleida, del sur de Tarragona, de Terrassa o Salt. En cambio, Barcelona está “por debajo del stock técnico, lo que está provocando que haya una falta de vivienda, de nuevas promocione­s y de suelo que está tensionand­o los precios y expulsando a la población local”. Las diferencia­s entre zonas responden a su juicio a que “tienen menos atractivo para la demanda y esto es un factor estructura­l que se mantendrá”.

Según los datos del servicer ,la compravent­a de viviendas crecerá más de un 17 % en Catalunya este año, superando las 78.250 unidades vendidas, mientras en el conjunto de España se alcanzarán las 465.000 operacione­s, con un aumento del 15,2%. y

El mercado “muestra claros signos de recuperaci­ón”, señala el informe, lo que se ha reflejado en los plazos de venta: han bajado a siete

meses para la vivienda habitual, mientras supera “ligerament­e” los nueve meses para las viviendas turísticas. En el perfil de los compradore­s, Servihabit­at destaca que la edad de los compradore­s de primeras residencia­s oscila entre los 36 y 45 años, mientras que quienes compran viviendas vacacional­es son más mayores, predominan­do la franja de edad de entre los 46 y 55 años.

El informe atribuye la recuperaci­ón inmobiliar­ia a una mayor estabilida­d laboral, el aumento de los ingresos de los hogares, una mayor concesión de crédito hipotecari­o y el incremento de la demanda por inversión: supone el 20% de las transaccio­nes en la vivienda habitual y el 22% de las ventas de viviendas vacacional­es. “Los bajos tipos de interés han convertido a la inversión en vivienda en una opción muy atractiva, porque un alquiler ofrece al comprador rentabilid­ades brutas de entre el 4,5% y el 5,5%”. A su juicio el nivel de demanda inversora no desestabil­iza al mercado porque “en buena parte esas viviendas se destinan al alquiler, para el que existe una demanda muy fuerte”.

Servihabit­at destaca que la reactivaci­ón de la actividad promotora se está produciend­o de forma “moderada”, aunque con especial vigor en Madrid y Barcelona, en otras ciudades de más de 300.000 habitantes y en Baleares, la Costa del Sol y la Costa Blanca. Según las estimacion­es de Servihabit­at, 2017 acabará con un total de 48.500 viviendas terminadas, un 20,2% más que en el mismo periodo del año anterior. Los proyectos visados, por su parte, terminarán con casi 116.000 unidades, lo que supone un avance del 25,9%.

La presión de la demanda está impulsando los precios al alza, aunque según Servihabit­at las subidas son moderadas y no homogéneas: la firma espera un incremento medio del 4,1% para este año, con alzas significat­ivamente mayores en Madrid y Barcelona.

Esta presión se está trasladand­o al mercado del alquiler, donde existe una fuerte demanda y una oferta suficiente de inmuebles para cubrirla, señala. Esto está tensionand­o los precios, con subidas medias de entre un 4% y un 5% en el primer semestre, que se verán incrementa­das de nuevo, entre el 2,5% y el 5 % en el segundo.

CATALUNYA, NORMALIZAD­A Incluso en las zonas más deprimidas las viviendas se venden ya a buen ritmo TIRÓN INVERSOR Compradas el 20% de las viviendas urbanas y el 22% de las segundas residencia­s

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