Ofertas demoradas
Munté remarca que “esperamos bien poco” de las propuestas de PSOE y PSC
El Govern no espera nada de las propuestas para Catalunya que preparan Pedro Sánchez y Miquel Iceta y que las ejecutivas de PSOE y PSC aprobarán de forma conjunta.
El Govern hace tiempo que no confía en que del Gobierno español, y por tanto del PP, salga ninguna iniciativa para dar respuesta a las demandas catalanas, pero tampoco da crédito a las propuestas que puedan llegar a plantear los socialistas, el PSOE y el PSC, sobre Catalunya. Las medidas que en esta dirección están preparando Pedro Sánchez y Miquel Iceta, y que las ejecutivas de los dos partidos aprobarán en el encuentro conjunto que tienen previsto llevar a cabo este viernes en Barcelona, no le merecen, en consecuencia, el más mínimo interés, según reconoció ayer la consellera de Presidència, Neus Munté, en la rueda de prensa posterior a la reunión del Consell Executiu.
La portavoz del Govern se expresó, de hecho, de forma contundente en este sentido, sin esperar a conocer el contenido de una oferta que en parte se querría aplicar antes del 1-O y el resto después. “Esperamos bien poco de estos planteamientos”, espetó, porque, aunque las ideas de los socialistas “pueden ser muy bien intencionadas”, les invitó a “mirar atrás” para “ver dónde se originan todos los incumplimientos del Estado” –recordó que cuando el 2010 el Tribunal Constitucional falló contra el Estatut “el presidente del Gobierno español era un socialista”– y para analizar “cuál ha sido el papel del PSOE y del PSC” en todo este tiempo. “No ha parecido que los socialistas hayan reivindicado los cuarenta y seis puntos ni que hayan apoyado estas cuestiones o la reclamación de los incumplimientos”, lamentó Neus Munté en referencia a la que parece ser la intención de PSOE y PSC de poner sobre la mesa medidas referidas a las compe- tencias recortadas del Estatut o al listado de cuarenta y seis puntos que en su día Carles Puigdemont presentó a Mariano Rajoy.
Los socialistas estudian, en concreto, crear grupos de trabajo institucionales y parlamentarios para abordar el proceso soberanista catalán, y a los que el Govern tampoco encuentra sentido. “No estamos en fase de crear ningún grupo de trabajo”, remarcó la consellera de Presidència, para quien la mayoría de las actuaciones reclamadas por la Generalitat “sólo requieren de voluntad política y no de espacios de debate que para lo único que sirven es para alargar los problemas”. Las palabras de Neus Munté recogían, a fin de cuentas, los recelos que, en la práctica, en los últimos tiempos han despertado dentro del bloque independentista las iniciativas de los socialistas –tanto del PSOE como del PSC–, que muy a menudo han sido tildadas de brindis al sol por no disponer de las más mínimas garantías que aseguraran su aplicación. Es el caso, por ejemplo, de las continuadas propuestas sobre la reforma de la Constitución, esgrimidas ahora por Pedro Sánchez o Miquel Iceta o antes por José Luis Rodríguez Zapatero, a las que las formaciones independentistas restan credibilidad por no contar con las mayorías suficientes para salir adelante.
Y lo que hizo ayer la portavoz del Govern no fue más que reiterar, en realidad, la prevención ante tales planteamientos.