Rajoy se refuerza políticamente con la aprobación del techo de gasto
El Gobierno exhibe ante la Generalitat su capacidad de diálogo con otros grupos
Mariano Rajoy celebró anoche que el Congreso aprobara de nuevo su propuesta de techo de gasto, que esta vez abre ya la puerta para los presupuestos generales del Estado del 2018. Un nuevo balón de oxígeno para una legislatura que Rajoy quiere prolongar todo lo posible, y si es posible hasta el 2020, y para la que ya está fraguando una cierta estabilidad, mientras el crecimiento económico sigue viento en popa.
Pese a su minoría parlamentaria, Rajoy ya sacó adelante hace siete meses el techo de gasto del 2017 con los votos del PP, el PSOE dirigido por una gestora, Ciudadanos, el PNV y Coalición Canaria (CC). Y el pasado mes de mayo, logró aprobar los presupuestos del Estado del 2017, ya sin el respaldo de la gestora del PSOE pero con los votos del PP, Cs, el PNV, CC y Nueva Canarias (NC). Pedro Sánchez ha tomado ahora el timón del PSOE y ha fijado su rumbo hacia la Moncloa, pero Rajoy volvió a sumar ayer la mayoría parlamentaria suficiente para ver aprobado en el Congreso su nuevo techo de gasto con 175 votos del PP, Cs, PNV, CC, la abstención de NC y 173 votos en contra.
La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, ya sacó pecho, cuando por la mañana protagonizó la reunión del grupo parlamentario popular, por “la capacidad de diálogo y negociación” del Ejecutivo, pese a su minoría parlamentaria. “Esta legislatura es diferente. Somos 137 diputados, muy lejos de la mayoría absoluta, pero con la capacidad de negociación y diálogo que tenemos, estamos aquí”, animó Sáenz de Santamaría a los diputados del PP. “Nunca nadie había gobernado con 137 diputados. Nunca nadie había tenido que gobernar y acordar con siete grupos parlamentarios para sacar adesu lante la iniciativa y la tarea más importante de cualquier Gobierno, que son sus presupuestos”, insistió la vicepresidenta. “Hemos sacado adelante los presupuestos del 2017, hace escasamente dos semanas, y hoy aprobaremos el primer paso para los presupuestos generales del Estado del 2018. Ha sido un esfuerzo muy grande, pero hemos conseguido trabar acuerdos con distintos grupos que nos van a permitir dar un paso más en la estabilidad política y económica que necesita España”, subrayó. De hecho, cuando Rajoy vea aprobadas las cuentas del 2018 ya tendrá despejado su mandato, al menos, hasta el 2019.
Sáenz de Santamaría aprovechó para reprochar a Pedro Sánchez que no ayude al PP a “desmontar el populismo”, en referencia a Podemos, y lamentó además
falta de coherencia al no respaldar un techo de gasto que consideró mucho más beneficioso –al aumentar el gasto social y el gasto público– que el que el PSOE sí respaldó el pasado mes de diciembre.
La vicepresidenta puso en valor la capacidad de entendimiento del Gobierno con otros grupos políticos, y se lo reprochó a la Generalitat. “Siempre que hemos encontrado oportunidad de entendernos, nos hemos entendido. Otra cosa es que el perímetro que se marque para el entendimiento implique saltarse la ley”, advirtió Sáenz de Santamaría ante un Carles Puigdemont con el que consideran que es imposible todo diálogo y negociación al anteponer la celebración de un referéndum de autodeterminación en Catalunya. “Tened la completa seguridad de que ese referéndum no se va a celebrar”, sentenció la vicepresidenta del Gobierno ante los diputados del PP.
El Gobierno está convencido de que va a ganar por goleada el partido del 1 de octubre a la Generalitat. En concreto, “por 10 a 0”, según han subrayado responsables del Ejecutivo central a algunos diputados del PDECat. El problema del que ha sido advertido el Gobierno por estos mismos diputados catalanes es que el 1-O se puede encontrar con “un desbordamiento ciudadano”, producto de “una creciente indignación en Catalunya”, que no se diluirá por más recursos que se presenten al Tribunal Constitucional. La pugna entre el Gobierno y la Generalitat, en todo caso, hay quien la ve más bien como una partida de naipes. El juego sería el de las 7 y media. Gana el que se acerque más al objetivo, pierde el que se quede muy corto... o se pase.