Más que una visita.
Felipe VI reclama a Londres un esfuerzo para solucionar el problema de Gibraltar
La reina Isabel dispuso ayer un recibimiento por todo lo alto para los reyes de España, como muestra este paseo en la carroza real. Hasta Theresa May dejó de acudir al Parlamento para agasajar a Felipe VI.
El rey Felipe VI, en un discurso ante las dos cámaras del Parlamento británico en el palacio de Westminster, dijo que España “acepta plenamente la decisión del Brexit”, pero destacó la “estabilidad y prosperidad sin precedentes derivada del proyecto de integración europea, y exhortó al Gobierno británico a buscar una solución satisfactoria al problema del estatus de los ciudadanos españoles residentes en el Reino Unido.
Cuando su padre, Juan Carlos I, visitó el Reino Unido en 1986, Margaret Thatcher se encontraba en el cenit de su poder, Londres había firmado el Acta Única europea, pretendía cambiar la UE desde dentro y el IRA ponía bombas. Treinta y un años después, Felipe VI se ha encontrado a una Theresa May que carece de toda autoridad, el Brexit se presenta como la mayor debacle de la política británica desde Suez, el arco anglosajón está en pleno declive y las bombas las ponen las franquicias del Estado Islámico.
Europa, el terrorismo y –por supuesto– Gibraltar fueron los temas dominantes del discurso del Monarca español en la imponente Galería Real del Parlamento de Westminster, rodeado de estatuas de antiguos reyes, cuadros con escenas de las guerras napoleónicas y la muerte del almirante Nelson, y cristales esmerilados que fueron víctima de los bombardeos de la Luftwaffe en la Segunda Guerra Mundial. Su diplomática intervención fue premiada con una ovación de un minuto y gritos de “Viva el Rey”. Tras ser introducido por el speaker de la Cámara de Representantes, John Bercow, Felipe VI se metió en el bolsillo a la audiencia elogiando “la dignidad del pueblo británico ante los recientes ataques terroristas”, y con un especial recuerdo a la diputada laborista Jo Cox (asesinada por un neonazi), al agente de Scotland Yard Keith Palmer (caído en el atentado contra el Parlamento) y al español Ignacio Echevarría, muerto en el ataque en el Puente de Londres. “Las víctimas –señaló– somos siempre todos, no importa la raza,el origen, la religión o la condición”.
Tras elogiar “el patriotismo, la dedicación y el sentido de Estado” de su anfitriona, Isabel II (como reiteró horas más tarde a los postres de la cena en el palacio de Buckingham), el Monarca recordó las muchas cosas que unen a dos países “que crearon dos grandes imperios mundiales de proyección atlántica y visión universal, y cuyas lenguas son hoy en día los principales medios de comunicación universal”. Y –sin mencionar específicamente ningún contencioso– puso énfasis en “el respeto a la soberanía nacional y a la legalidad democrática, que es la piedra angular sobre la que se basa todo Estado de derecho y garantiza la convivencia armoniosa y
pacífica de los ciudadanos”.
Antes que del Brexit habló de Gibraltar, con mucho tacto pero sin eludir la materia. “El trabajo y la determinación de nuestros gobiernos han hecho posible dejar atrás los distanciamientos, rivalidades y enfrentamientos del pasado, y estoy seguro de que ese mismo diálogo y esfuerzo conseguirán avanzar (respecto al Peñón) en la búsqueda de fórmulas satisfactorias para todos”.
Después le tocó el turno al Brexit, de manera igual de diplomática como correspondía a la ocasión. Pero los presentes –una mezcla de diputados, lores, eclesiásticos, diplomáticos y representantes de todos los sectores de la sociedad civil– no pudieron ignorar la apología que Felipe VI hizo de la UE, y el énfasis en la necesidad de “proporcionar confianza y certidumbre a los centenares de miles de españoles y británicos residentes en nuestros respectivos países, que aspiran legítimamente a una vida digna y segura para ellos y para sus familias”. La propuesta de Theresa May al respecto reduce sus actuales derechos y ha sido recibida con frialdad por la mayoría de los líderes europeos.
“Las relaciones bilaterales son las más sólidas de nuestra historia –concluyó Felipe–. El reto al que nos enfrentamos es avanzar como socios, amigos y aliados en el nuevo escenario del Brexit”.
El Monarca destacó la prosperidad sin precedentes que ha traído el proyecto de integración europea