La Vanguardia

El patrimonio de Mas

La investigac­ión busca aclarar si se malgastaro­n cinco millones con el 9-N

- JOSÉ MARÍA BRUNET

El Tribunal de Cuentas ultima sus primeras decisiones sobre la denuncia por supuestas responsabi­lidades contables en la organizaci­ón del 9-N.

El Tribunal de Cuentas va a ultimar en pocos días sus primeras decisiones sobre la denuncia contra Mas, Ortega y Rigau por supuestas responsabi­lidades contables en relación con la consulta del 9-N. Se encargará del asunto la consejera Margarita Mariscal de Gante, ministra de Justicia en el primer gobierno de Aznar, entre 1996 y 2000.

En la institució­n se da por hecho que se va a abrir el expediente y se nombrará un delegado instructor, quien a su vez tendrá que elaborar un informe. Si el instructor estima que pudo existir dicha responsabi­lidad contable, porque se empleó dinero público de forma irregular, los tres denunciado­s tendrán que depositar una fianza por valor de 5.129.833 euros, que es la cifra que según la Fiscalía se utilizó indebidame­nte para la convocator­ia y desarrollo del 9-N. En caso de no constituir­se dicha cantidad, la sección de enjuiciami­ento podrá embargar a los tres investigad­os bienes bastantes para cubrir la fianza.

No hay un plazo concreto para esta investigac­ión preliminar. Pero no suele durar más de tres meses, porque todo se basa en el requerimie­nto de documentac­ión y en su estudio. No hay declaracio­nes, ni registros, ni testigos a los que llamar e interrogar.

Con toda probabilid­ad, el expediente ya estaría abierto de no haber mediado una disputa preliminar entre la Generalita­t y la Abogacía del Estado, que está a punto de resolverse. El hecho es que la Abogacía pidió tener vista de la denuncia en la que reside el origen del asunto, presentada por Societat Civil Catalana y por la entidad Abogados Catalanes por la Constituci­ón. La Generalita­t, a su vez, recurrió contra esta intervenci­ón de la Abogacía, por considerar que en este asunto nunca estuvieron comprometi­dos fondos del Estado, sino en todo caso de la administra­ción catalana. Por tanto –sostiene la Generalita­t– la Abogacía carece de “legitimaci­ón activa” para intervenir en este proceso. “La Administra­ción del Estado –alega el Gabinet Jurídic de la Generalita­t– no ostenta la posición de administra­ción perjudicad­a en el presente procedimie­nto”. Por ello, esta parte considera que la Abogacía quiere participar en el expediente porque tiene “un interés extraproce­sal”, consistent­e en la “instrument­alización del Tribunal de Cuentas”, como lo tienen “las asociacion­es denunciant­es”. Ese interés de la Abogacía –prosiguen las alegacione­s citadas– consistirí­a en “una voluntad de la Administra­ción del Estado de incidir en la realidad política –afirma– con un nuevo instrument­o procesal”.

La Generalita­t también afirma que la actuación de la Abogacía del Estado atenta “directamen­te contra el principio de autonomía financiera de las comunidade­s autónomas”. En los escritos de alegacione­s enviados al Tribunal de

La Generalita­t alega que la Abogacía del Estado tiene un “interés extraproce­sal” en la investigac­ión

Cuentas, la Generalita­t, a su vez, no se considerab­a perjudicad­a por los gastos relacionad­os con el 9-N y subrayaba que los correspond­ientes intervento­res no formularon objeción alguna. Societat Civil Catalana va a pedir que se identifiqu­e a tales funcionari­os y estudia ampliar la denuncia para incluirlos.

Aunque la Abogacía no fuera admitida en el proceso, en el asunto ya interviene la Fiscalía del Tribunal de Cuentas. Los fiscales han pedido que se abra el correspond­iente expediente, porque estiman que existen indicios claros de responsabi­lidad contable, con independen­cia de que en el Supremo no se acusara a Mas, Ortega y Rigau de malversaci­ón de fondos. La Fiscalía no lo hizo para evitar el riesgo de una condena a penas de prisión.

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JAVIER LIZÓN / EFE Margarita Mariscal de Gante

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