Europa busca alejar a los Balcanes de Moscú con 194 millones de euros
Paolo Gentiloni, el premier italiano, ejerció como anfitrión en Trieste, tradicionalmente un puente entre la UE y los Balcanes. La ciudad acogía ayer una cumbre de representantes de seis países aspirantes (Albania, Bosnia, Kosovo, Macedonia, Montenegro y Serbia) y seis comunitarios (Italia, Francia, Alemania, Austria, Eslovenia y Croacia) con el propósito de ofrecer incentivos al europeísmo en la región más volátil del continente. Bruselas también busca contrarrestar la influencia rusa en un área tradicionalmente amiga de Moscú, especialmente la eslava Serbia, donde en el último año el Kremlin ha financiado medios de comunicación y proyectos humanitarios.
Frente a esto, la Comisión Europea, encabezada por la alta representante de Exteriores de la UE, Federica Mogherini, se comprometió a financiar un proyecto de infraestructuras para interconectar los Balcanes con 194 millones de euros, que supondrían un crecimiento económico de más de 500 millones. Bruselas pretende demostrar que el proceso de ampliación sigue sobre la mesa pese a estar aparcado hasta el 2019.
“Tenemos la tarea compartida de asegurar que se desarrollen adecuadamente y se acerquen a la UE paso a paso”, dijo la canciller alemana, Angela Merkel. “La estabilidad política en la región también significa estabilidad política para nosotros”, añadió. Gentiloni advirtió también que “Europa debe ser consciente de su papel internacional, de la exigencia de ocupar espacios geopolíticos que tienden a vaciarse o ser ocupados por otros”.
Por su parte, los países balcánicos firmaron un tratado para favorecer la integración de sus redes de transporte con las de la UE. También aspiran a dar dimensión económica a los fondos con un secretariado permanente en Trieste que apoye la inversión europea. Kosovo consiguió que las negociaciones para una unión aduanera quedasen fuera.
Las tensiones geopolíticas han vuelto a aflorar por varios frentes. De nuevo existe nacionalismo pujante y roces entre Serbia y Croacia, así como entre Serbia y Kosovo, que amenaza con suspender el diálogo. También hay tensiones interétnicas en Macedonia, sin contar con el intento de golpe de Estado con implicación rusa en las elecciones de Montenegro, que finalmente se ha unido a la OTAN. Y entre Croacia y Eslovenia, que ya son miembros de la UE pero siguen disputándose aguas territoriales.
En paralelo se celebró un encuentro trilateral entre Merkel, Gentiloni y el presidente francés, Emmanuel Macron, en el que sobre todo trataron la presión migratoria a la que se ve sometida Italia.