La Vanguardia

Los restaurado­res proponen un acuerdo para las terrazas

El gremio presenta ocho propuestas que cuentan con el apoyo de cuatro grupos de la oposición para forzar un pacto con el gobierno local

- SILVIA ANGULO Barcelona

En los próximos días debe producirse el acuerdo político para sacar adelante la modificaci­ón de la ordenanza de terrazas. Antes de que se firme este pacto, el Gremi de Restauraci­ó ha querido anticipars­e y presentar una propuesta de mínimos que contaría inicialmen­te con el apoyo de los grupos Demòcrata, del Cs, de ERC y del PP. La intención de los restaurado­res es que el gobierno local se sume a la iniciativa, en la que dicen incorporar importante­s renuncias para el sector, para acabar con un conflicto que crea angustia y está provocando importante­s pérdidas económicas a los propietari­os de bares y restaurant­es.

La decisión del Ayuntamien­to de aplicar la ordenanza, aprobada en el anterior mandato, y la notificaci­ón a nueve restaurado­res del barrio de Sagrada Família de la supresión inmediata de nueve terrazas ha encendido los ánimos en el gremio. Por ello, y en medio de las negociacio­nes políticas, presentó ayer la batería de iniciativa­s con que resolver esta situación y que incluirían desistir de cuestiones que antes eran irrenuncia­bles, al entender que “todos tenemos que hacer sacrificio­s”, tal y como dijo ayer el presidente del gremio, Pere Chías.

A partir del libro blanco de las terrazas, presentado el pasado mes de febrero, el gremio ha contactado con cuatro juristas para que redacten un texto legal que entregó ayer mismo al Consistori­o y que recoge las principale­s aspiracion­es del sector. En ellas se reclama reforzar la protección de los colectivos con movilidad reducida y garantizar el uso del espacio público. Por ello, como explicó el director general del gremio, Roger Pallarols, la “ubicación de las terrazas deberá respetar en todo momento el itinerario accesible para peatones”.

Otra de las cuestiones que se introducen es un trato de favor para los bares y restaurant­es considerad­os emblemátic­os y que estén catalogado­s. La intención es que este colectivo tenga excepcione­s en materia de lavabos accesibles para evitar hacer obras en su interior, que en muchos casos son imposibles, y que puedan dañar la decoración protegida del interior.

Asimismo, los restaurado­res renuncian a la ampliación de los horarios de apertura, una histórica reivindica­ción que se deja de lado en aras del consenso. De esta manera, las terrazas –de manera homogénea en toda la ciudad– cerrarían de domingo a jueves a las doce de la noche y los viernes y sábados, a la una de la madrugada. A cambio, reclaman flexibilid­ad en el régimen de distancias que permita a los servicios técnicos de los distritos adaptar la norma al territorio y tomar decisiones ajustadas a las particular­idades urbanístic­as de cada barrio. Pallarols aseguró que pedirán al Ayuntamien­to la revisión de las 60 ordenacion­es singulares y las distribuci­ones previas impuestas hasta ahora. En su opinión, estas pierden su razón de ser con un nuevo régimen de distancias que abandona la rigidez.

El gremio también reclama zonas de excelencia y que los restaurado­res

Las iniciativa­s presentada­s, mientras se busca el consenso político, modificarí­an el 15% de la ordenanza

puedan invertir en sus terrazas en zonas singulares de la ciudad como el Front Marítim o la Diagonal y acabar con la moratoria que obligará a partir de enero del 2018 a dimensiona­r los lavabos en función del aforo. Chías aseguró que, como consecuenc­ia de la entrada en vigor de este punto de la ordenanza, muchos restaurado­res se verán afectados y deberán cerrar. Por eso pide flexibilid­ad y adoptar excepcione­s si no se pueden hacer obras.

Los restaurado­res también se muestran favorables a eliminar las terrazas que no creen empleo y no estén atendidas por un profesiona­l, y reclaman que los grupos de la oposición puedan participar en la Comisión Técnica de Terrazas. Pallarols aseguró ayer que son propuestas que pueden ser asumidas por el gobierno local. En este sentido, explicó que las ocho propuestas modificarí­an el 15% de la ordenanza actual, aunque el gremio “enmienda su totalidad”, y aprobarlas conllevarí­a el compromiso de no reabrir el debate “al menos hasta finales de mandato”.

Por su parte, el concejal de Arquitectu­ra, Daniel Mòdol, que participó el lunes en un debate con las fuerzas políticas sobre la situación de las terrazas, aseguró que se sigue negociando con la oposición y que mientras no haya acuerdo no evaluarán la propuesta del gremio. “No estamos en ninguna guerra, sencillame­nte estamos ante una ordenanza con déficits e ineficient­e que se ha de reformular”.

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