Los restauradores proponen un acuerdo para las terrazas
El gremio presenta ocho propuestas que cuentan con el apoyo de cuatro grupos de la oposición para forzar un pacto con el gobierno local
En los próximos días debe producirse el acuerdo político para sacar adelante la modificación de la ordenanza de terrazas. Antes de que se firme este pacto, el Gremi de Restauració ha querido anticiparse y presentar una propuesta de mínimos que contaría inicialmente con el apoyo de los grupos Demòcrata, del Cs, de ERC y del PP. La intención de los restauradores es que el gobierno local se sume a la iniciativa, en la que dicen incorporar importantes renuncias para el sector, para acabar con un conflicto que crea angustia y está provocando importantes pérdidas económicas a los propietarios de bares y restaurantes.
La decisión del Ayuntamiento de aplicar la ordenanza, aprobada en el anterior mandato, y la notificación a nueve restauradores del barrio de Sagrada Família de la supresión inmediata de nueve terrazas ha encendido los ánimos en el gremio. Por ello, y en medio de las negociaciones políticas, presentó ayer la batería de iniciativas con que resolver esta situación y que incluirían desistir de cuestiones que antes eran irrenunciables, al entender que “todos tenemos que hacer sacrificios”, tal y como dijo ayer el presidente del gremio, Pere Chías.
A partir del libro blanco de las terrazas, presentado el pasado mes de febrero, el gremio ha contactado con cuatro juristas para que redacten un texto legal que entregó ayer mismo al Consistorio y que recoge las principales aspiraciones del sector. En ellas se reclama reforzar la protección de los colectivos con movilidad reducida y garantizar el uso del espacio público. Por ello, como explicó el director general del gremio, Roger Pallarols, la “ubicación de las terrazas deberá respetar en todo momento el itinerario accesible para peatones”.
Otra de las cuestiones que se introducen es un trato de favor para los bares y restaurantes considerados emblemáticos y que estén catalogados. La intención es que este colectivo tenga excepciones en materia de lavabos accesibles para evitar hacer obras en su interior, que en muchos casos son imposibles, y que puedan dañar la decoración protegida del interior.
Asimismo, los restauradores renuncian a la ampliación de los horarios de apertura, una histórica reivindicación que se deja de lado en aras del consenso. De esta manera, las terrazas –de manera homogénea en toda la ciudad– cerrarían de domingo a jueves a las doce de la noche y los viernes y sábados, a la una de la madrugada. A cambio, reclaman flexibilidad en el régimen de distancias que permita a los servicios técnicos de los distritos adaptar la norma al territorio y tomar decisiones ajustadas a las particularidades urbanísticas de cada barrio. Pallarols aseguró que pedirán al Ayuntamiento la revisión de las 60 ordenaciones singulares y las distribuciones previas impuestas hasta ahora. En su opinión, estas pierden su razón de ser con un nuevo régimen de distancias que abandona la rigidez.
El gremio también reclama zonas de excelencia y que los restauradores
Las iniciativas presentadas, mientras se busca el consenso político, modificarían el 15% de la ordenanza
puedan invertir en sus terrazas en zonas singulares de la ciudad como el Front Marítim o la Diagonal y acabar con la moratoria que obligará a partir de enero del 2018 a dimensionar los lavabos en función del aforo. Chías aseguró que, como consecuencia de la entrada en vigor de este punto de la ordenanza, muchos restauradores se verán afectados y deberán cerrar. Por eso pide flexibilidad y adoptar excepciones si no se pueden hacer obras.
Los restauradores también se muestran favorables a eliminar las terrazas que no creen empleo y no estén atendidas por un profesional, y reclaman que los grupos de la oposición puedan participar en la Comisión Técnica de Terrazas. Pallarols aseguró ayer que son propuestas que pueden ser asumidas por el gobierno local. En este sentido, explicó que las ocho propuestas modificarían el 15% de la ordenanza actual, aunque el gremio “enmienda su totalidad”, y aprobarlas conllevaría el compromiso de no reabrir el debate “al menos hasta finales de mandato”.
Por su parte, el concejal de Arquitectura, Daniel Mòdol, que participó el lunes en un debate con las fuerzas políticas sobre la situación de las terrazas, aseguró que se sigue negociando con la oposición y que mientras no haya acuerdo no evaluarán la propuesta del gremio. “No estamos en ninguna guerra, sencillamente estamos ante una ordenanza con déficits e ineficiente que se ha de reformular”.