La Vanguardia

Teatro del Buen Retiro

- IMAGEN CEDIDA POR EL ARXIU FOTOGRÀFIC DE BARCELONA

El teatro del Buen Retiro fue encajado en el jardín de la que ostentaba el título histórico de haber sido la primera puesta en pie en el Eixample: la casa Gibert. A mayor abundamien­to, podía encima presumir de que Isabel II había colocado por propia mano el 4 de septiembre de 1860 la primera piedra simbólica. Había sido construida en la parte alta de la plaza Catalunya, allí donde hoy se encuentran las fuentes monumental­es que enmarcan la terraza.

El teatro se inauguró en 1876 y sólo permaneció abierto durante diez años. Era de madera, no disponía de mucho aforo y se ganó al punto la fama de ser el más fresco durante los meses en los que arreciaba la canícula. La entrada era módica: “Un ralet com el café”, según pregonaba la voz popular.

Principió ofreciendo representa­ciones de declamació­n y también de “baile extranjero”. Pronto se centró en teatro catalán, y la compañía era dirigida por el venerado Lleó Fontova cuando ya se había retirado como actor. Fue entonces cuando llegó a competir con el Tívoli, al que imitó en la costumbre de no ofrecer bises.

Ningún otro escenario barcelonés pasó a ofrecer en 1884 tanta variedad de ópera, zarzuela y drama.

Fue muy celebrada la temporada que dedicó a la ópera italiana, en la que destacó I puritani, de Bellini. Y también debutaron algunos cantantes excelentes, verbigraci­a el barítono Ramon Blanchart. Cosechó un éxito muy considerab­le el estreno de la zarzuela La Africanita, con libreto de Luis Lara y música de Guillermo Cereceda, que venía aureolada con el triunfo obtenido en el Price madrileño.

El 18 de abril de 1886 la prensa local recogía en estos términos escuetos la siguiente informació­n: “Esta noche, según dicen los anuncios, se dará la última función en el Buen Retiro, por tener que proceder al derribo”.

Era por imperativo urbanístic­o, pues el Ayuntamien­to había decidido eliminar todos los edificios allí concentrad­os para crear por fin la proyectada plaza Catalunya.

Entre tanto y una vez derribado, en aquel espacio se improvisó una pista de patinaje, que fue muy celebrada.

El propietari­o no sólo aprovechó los materiales, sino que se animó a emprender otra aventura como empresario. También aprovechó el prestigio adquirido, al bautizar el nuevo escenario con el nombre de Pabellón del Buen Retiro, que fue puesto en pie casi al lado. Levantó el telón el 29 de junio de 1886. Duró poco más de dos años. Y volvió a insistir en el nombre, le puso Nuevo Retiro, al trasladarl­o cabe el Coliseum, pero con la entrada en la calle Diputació.

Se debe recordar que la zona que luego fue plaza acogió varios teatros, como el conocido Ribas y rebautizad­o Eldorado, pero otros menos sabidos como Massini, en el comienzo de rambla Catalunya, y Quevedo, casi en la esquina de la calle Fontanella.

Este escenario fue situado en el jardín de la primera casa del Eixample: en la plaza Catalunya

 ??  ?? La que fue casa Manuel Gibert exhibe en su fachada los anuncios del programa teatral
La que fue casa Manuel Gibert exhibe en su fachada los anuncios del programa teatral

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain