Envoltorios de arte y emociones en forma de caramelos
LOS CARAMELOS GIGANTES DE LAURENCE JENKELL SE EXPONEN ESTE VERANO EN ANDORRA, UNAS PIEZAS SORPRENDENTES QUE HAN DADO FAMA Y RECONOCIMIENTO A LA ARTISTA FRANCESA. ESTA MUESTRA VIAJARÁ LUEGO A NUEVA YORK
Caramelos gigantes y con un colorido muy brillante. Son los reclamos más vistosos de la muestra Sweet
Candies Caramels, de Laurence Jenkell, organizada por el Ministerio de Cultura, Juventud y Deportes de Andorra, en colaboración con el Comú de Escaldes-Engordany, y que se exhibe en Andorra este verano hasta el 11 de septiembre. En la sala de exposiciones ArtalRoc se ha instalado una cuidada selección de las esculturas en forma de caramelo con las que la artista francesa lleva años trabajando. Con materiales y motivos diferentes, Jenkell explora las posibilidades de la torsión y, como resultado, ofrece una colección de esculturas llenas de vida, luz y color que despiertan emociones y cuyo vitalismo no deja indiferente.
Entre las obras que se exponen en la sala de Escaldes-Engordany, encontramos un pequeño grupo de esculturas menos conocidas, pero igualmente importantes: cuatro robots, procedentes del universo creativo de Jenkell, piezas que creó para simbolizar la dependencia de los humanos respecto a las máquinas. Además, los visitantes pueden recrearse en un cuadro de grandes dimensiones realizado a partir de pequeños caramelos, en el que Jenkell ya experimentaba con pequeños caramelos de colores antes de decidir realizarlos en gran formato y colocarlos encima de pedestales para esculturas. Sin duda, este cuadro con pequeños caramelos se nos muestra en Andorra como un vivero de las grandes esculturas que vinieron después.
CARAMELOS DE PLEXIGLÁS
La curiosidad de Jenkell, de formación autodidacta en sus inicios, la llevó a trabajar e investigar varias técnicas, como las inclusiones, la coloración, la moldura, hasta convertirse en una gran experta en la manipulación, el tratamiento y el trabajo artístico del plexiglás, nombre con el que es conocido el polimetacrilato de metilo, material con el que crea sus exclusivos caramelos, realizados como piezas únicas, con una sola torsión y de una sola pieza. La técnica que utiliza para manipular el plexiglás es el
wrapping, que, literalmente, consiste en envolver la materia para conseguir dar forma a sus reconocidos dulces, unos envoltorios de caramelo que para su creadora son un auténtico reflejo de la sociedad de consumo actual en la que estamos inmersos.
De hecho, Jenkell explica con pasión que todos sus trabajos son “envoltorios” de objetos significativos, a los que les aplica un giro característico para torcer el material escogido que los representará: “Lo que hago con las manos se puede convertir en un envoltorio para un caramelo, pero también lo utilizo para transformar objetos, como un cubo de basura, un frigorífico, una cafetera, un elefante, un carro de supermercado, una pluma, un coche, un barco, una botella... Cualquier cosa, siempre con la clara intencionalidad de ofrecer un nuevo significado”. De hecho, lo más reciente de la obra de Jenkell son dos piezas que también ha presentado en Andorra y por primera vez en público: la Wrapping Poubelle yla
Wrapping Frigidaire, dos objetos muy cotidianos con los que es capaz de mostrar la visión más crítica del mundo actual.
REFLEXIONES SOCIALES
Con su obra más reciente, la artista profundiza en su interior creativo para revelar sus emociones y sentimientos más profundos sobre la sociedad actual y el medio ambiente. Wrapping Poubelle consiste en un espectacular cubo de basura realizado en aluminio polibrillante, al que le ha aplicado aquel giro que ya es característico de su obra, para torcerlo y provocar una intencionalidad. A través de esta obra, Jenkell se posiciona sobre los temas de actualidad, la evolución de la sociedad de consumo e, incluso, el consumismo excesivo, la generación imparable de residuos, el maltra-
to del medio ambiente, el cambio climático y el calentamiento global. De este modo, reinterpreta el cubo de la basura, que traslada a una dimensión cultural e intelectual, y, en este proceso, lo convierte en un objeto de arte y de culto admirado y deseado.
EXPOSICIÓN INTERACTIVA
Con el Wrapping Frigidaire, o el frigorífico torcido, también pretende llamar la atención y despertar las conciencias colectivas “ante la negación de la realidad que se impone y la crisis internacional que vivimos”. El giro que aplica, en este caso, al frigorífico –con este nombre, porque le recuerda a la persona que lo inventó– simboliza que a veces nos vemos obligados a estrecharnos el cinturón, para privarnos de cosas, para recortar el gasto, pero, en ningún caso, cambiar el estilo de vida al que estamos acostumbrados. Con la forma de este frigorífico, caracterizado nuevamente por este giro del material que le da una forma crítica, expresa de nuevo desacuerdo y rechazo. “Todos los días, los medios de comunicación nos muestran imágenes de guerra y hambre que no pueden dejarnos indiferentes”, explica Jenkell, que no pretende frenar esos flagelos, pero con su arte sí busca expresar su rechazo a las injusticias del mundo y la impotencia que nos generan.
Antes de marcharnos de la exposición, tenemos la oportunidad de profundizar en esta obra, experimentando con las metáforas del envoltorio y el giro para su creación. Por eso, se han organizado un conjunto de talleres dedicados al diseño de envoltorios de caramelos, a la elaboración de caramelos, a la decoración de galletas y a la decoración de botes de caramelos. Los talleres, abiertos al público, se realizarán en la sala ArtalRoc y en el Centro de Arte de EscaldesEngordany (CAEE) durante los días 15 y 22 de julio, y 5 y 26 de agosto. Las plazas son limitadas y para participar es necesaria la inscripción previa en el centro de arte o a la sala de exposiciones. Con motivo de la exposición, se ha convocado también el concurso de fotografía en Instagram Banderas dulces, para provocar que la gente interactúe y establezca un diálogo en la red. Las bases del concurso y las inscripciones a los talleres se pueden consultar en la página web de Acció Cultural del Govern d’Andorra (www.cultura.ad).
DE ANDORRA A NY
Aparte de la exposición, las obras de Jenkell se pueden ver también en otro espacio del país, en este caso, en plena calle, en la avenida de Carlemany. Aquí se encuentran los Bonbon Drapeau, una de las series de los caramelos escultóricos más conocida de la artista plástica, que para esta ocasión ha escogido dieciséis piezas de gran formato, realizadas en los colores de las banderas de una cuidadosa selección de países. Pero la pieza protagonista de la serie es el Bonbon Drapeau
Andorre, un caramelo exclusivo creado especialmente para esta muestra, y que ha sido adquirida por el Gobierno de Andorra para que forme parte del fondo escultórico del país.
Y, después de Andorra, la artista francesa expondrá los Bonbon Drapeau, junto con otras piezas, en Times Square, justo en el centro de Manhattan, en el mes de noviembre. Cargada de sentimientos y emociones, con esta visión crítica del mundo en el que vivimos, la obra de Jenkell cruzará el Atlántico para explicarse en Nueva York, después de haber pasado por el pequeño país de los Pirineos, que, con exposiciones como esta, se abre y se proyecta al mundo.