Religión por la paz
La ONU ha iniciado una campaña para que los líderes de todas las religiones hagan uso de su ascendiente para contribuir a evitar la incitación a la violencia, en un intento de combatir la manipulación de las ideas religiosas con el fin de justificar el terror.
António Guterres, secretario general de la Organización de Naciones Unidas (ONU), la calificó de iniciativa oportuna. “Siempre he creído en el poder de los líderes religiosos para dar forma a nuestro mundo para bien”.
Así se expresó en la presentación de la iniciativa de Naciones Unidas –denominada Plan de Acción Fez, ya que en esta ciudad marroquí se iniciaron las conversaciones– con el que se pretende que esos líderes religiosos contribuyan para evitar y combatir la incitación a la violencia.
Este proyecto es el resultado de un trabajo de dos años con personalidades y organizaciones religiosas de diferentes confesiones y que dirigió Adama Dieng, asesor especial de la ONU para la prevención del genocidio.
“Una y otra vez me ha impactado la consonancia de preceptos clave y valores fundamentales entre diferentes creencias. Verdaderamente, la fe es cuestión central en la esperanza y la capacidad de sobreponerse”, sostuvo Guterres en el acto celebrado en la sede central de Nueva York.
Sin embargo, el secretario general reconoció que “a lo largo de todo el mundo vemos como se retuerce la religión, manipulándola cínicamente, par justificar la violencia y la discriminación” .
Guterres constató el alarmante aumento de los discursos de odio, dentro y fuera de internet, que animan a usar la violencia contra personas y comunidades, ataques que “a menudo están basados en la identidad”. Añadió: “El discurso del odio planta las semillas de la sospecha, la desconfianza y la intolerancia”. La ONU, por tanto, reitera la necesidad de actuar contra estos mensajes a fin de prevenir crímenes contra la humanidad o nuevos genocidios.
El plan quiere ser una guía para esos líderes. Incluye recomendaciones
El secretario general presenta el Plan de Acción Fez para implicar a las autoridades de la fe
que contribuyan a la paz y la estabilidad. En el documento se elaboran estrategias regionales concretas y se remarca la importancia de las mujeres y los jóvenes en esta prevención.
“La voz, la autoridad y el ejemplo de los líderes religiosos son clave”, insistió Guterres.