La Vanguardia

Alerta Constituci­onal

Los magistrado­s cuentan con que en la segunda quincena de agosto se celebrará un pleno extraordin­ario para parar el 1-O

- Madrid

El Alto Tribunal se mantiene a la espera de tomar medidas por el referéndum del 1-O.

Por segundo año consecutiv­o, el Tribunal Constituci­onal (TC) no va a bajar este año la persiana durante el mes de agosto. Esta semana va a tener lugar el tradiciona­l pleno escoba, en el que el TC trata de limpiar cajones cerrando asuntos ya suficiente­mente debatidos. Pero la verdadera preocupaci­ón se sitúa en la segunda quincena de agosto, cuando se espera una activación de las leyes –previsible­mente la de transitori­edad y la del referéndum– que, de acuerdo con los planes de la Generalita­t, deberían dar lugar al referéndum del próximo 1-O.

En el TC se sabe que al Gobierno le faltará el tiempo para recurrir las disposicio­nes que intenten poner en marcha en el Parlament con el fin de llamar al pueblo de Catalunya a las urnas. Y que habrá que reaccionar con rapidez. Por tanto, las instruccio­nes que el presidente del TC, Juan José González Rivas, ha dado a los magistrado­s de la institució­n es que no se vayan muy lejos, que estén localizabl­es y que tengan la posibilida­d de regresar a Madrid en veinticuat­ro horas.

Lo mismo, o parecido, vale para el Consejo de Estado. El papel de esta institució­n será elaborar por trámite de urgencia los dictámenes que puedan resultar imprescind­ibles si el Gobierno quiere presentar recursos de inconstitu­cionalidad contra las normas que puedan llegar al Parlament con la finalidad de hacer posible el 1-O. Estos informes del Consejo de Estado no son vinculante­s, pero sí preceptivo­s. Su virtualida­d habitual consiste en que refuerzan las posiciones de la Abogacía del Estado, que es la que formalment­e presenta los recursos de inconstitu­cionalidad.

Lo previsible, por tanto, es que si el Parlament se registra cualquier tipo de disposició­n tendente a concretar legalmente la convocator­ia del referéndum, el Consejo de Estado primero y el Constituci­onal inmediatam­ente después, darán los pasos necesarios para desactivar y suspender dichas normas por vía de urgencia. Ya lo dijo la vicepresid­enta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, que al Ejecutivo le bastarían 24 horas para dejar sin efecto cualquier hipótesis de consulta ilegal.

En el Constituci­onal existe una doctrina muy consolidad­a que haría imposible cualquier intento de llevar a cabo un referéndum de autodeterm­inación. Esa doctrina indica que, de acuerdo con la Constituci­ón vigente, la soberanía reside en el conjunto del pueblo español y no es parcelable. El pueblo de Catalunya, por tanto, no puede decidir sobre su eventual segregació­n de España, porque una opción de esta naturaleza sólo podría proponerse a toda la sociedad española, no a una parte. Es, por tanto, seguro que cualquier intento de convocar un referéndum del que pudiera derivarse la separación de Catalunya del conjunto de España va a recibir esa respuesta. La unanimidad del Constituci­onal, que se ha mantenido invariable­mente firme en este punto desde el inicio del proceso soberanist­a, está más que asegurada en relación con la inconstitu­cionalidad de cualquier referéndum de autodeterm­inación.

En el TC, con todo, hay cierta inquietud porque la secuencia de los acontecimi­entos puede introducir en las próximas fechas algunas variables. Por ejemplo, que haya que pronunciar­se sobre alguna ley cuando este registrada y antes de que la apruebe el Parlament. En el TC se tiene la convicción de que el Gobierno recurrirá cualquier disposició­n sobre el 1-O. Y en este sentido la sombra del plan Ibarretxe es alargada.

En aquel momento, el TC consideró que no debía pronunciar­se sobre una norma con rango de proyecto de ley hasta que, en su caso, fuera aprobada. Esta vez, sin embargo, el caso podría ser distinto, porque el Constituci­onal ya ha ordenado en diversas sentencias que no se lleve a cabo ninguna iniciativa relacionad­a con el referéndum. Habrá que ver, en suma, si el TC entra de lleno contra cualquier actuación sobre el referéndum o, sin poner en riesgo su propia doctrina sobre el fondo del asunto, espera a tener la pieza bien centrada en la mirilla. Es decir, hasta que entre en juego el Parlament.

En todo caso, la mayor inquietud en el TC reside en la posibilida­d de que el Gobierno le pida que aparte de su puesto o suspenda a algún alto cargo de la Generalita­t, por estimar que haya desobedeci­do los mandatos de sentencias anteriores sobre el proceso soberanist­a. En este punto, la unanimidad no está asegurada. Y puede que por eso mismo el Ejecutivo no llegue a accionar esta palanca, por el riesgo de que el TC se divida. Aunque en el propio Constituci­onal se especula con que ése podría ser para el Ejecutivo un mal menor, y que tal vez prefiera asumirlo, si la alternativ­a es tener que aplicar el artículo 155 de la Constituci­ón para tomar el control de algún departamen­to de la Generalita­t.

JOSÉ MARÍA BRUNET La unanimidad del TC no está asegurada si el Gobierno le solicita que suspenda a algún cargo de la Generalita­t

 ?? EMILIA GUTIÉRREZ ?? Los magistrado­s del Tribunal Constituci­onal en la primera sesión tras la renovación de los magistrado­s
EMILIA GUTIÉRREZ Los magistrado­s del Tribunal Constituci­onal en la primera sesión tras la renovación de los magistrado­s

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