Vivien Leigh, amante del arte
Una subasta revela la faceta ignorada de la actriz
Vivien Leigh tenía sólo 25 años cuando consiguió el papel que la hizo famosa. Su apasionada interpretación de la rica, caprichosa y poco convencional Escarlata O’Hara en Lo que el viento se llevó (1939) le brindó su primer Oscar e hizo despegar su carrera en el cine. Pero la vida de la actriz británica, de cuyo fallecimiento en julio de 1967 se cumplen ahora cincuenta años, distaba de ser la de una estrella glamurosa.
Los primeros síntomas de su inestabilidad psíquica se habían manifestado ya en los primeros años de su carrera interpretativa, con episodios de profunda depresión y ataques de ira, síntomas del trastorno bipolar que padecía y que no le fue diagnosticado hasta pasados los 30 años. Con esa fragilidad emocional compuso el retrato que le reportó su segundo Oscar: la atormentada Blanche Dubois, en Un tranvía llamado deseo (1951), un personaje claustrofóbico en cuyo vertiginoso tanteo entre el equilibrio y la locura algunos vieron el detonante de la esquizofrenia que padeció. De puertas afuera, Vivien Leigh formaba con Laurence Olivier, con quien estuvo casada durante dos décadas, una de las parejas más carisde máticas del cine. En la intimidad, la realidad era otra bien distinta. Y esa mujer frágil e inestable era también una coleccionista de arte.
Esa vida íntima es la que se pone en parte de manifiesto en la colección de objetos que perteneció a Vivien Leigh y que Sotheby’s saca a subasta en Londres el próximo 26 de septiembre. Estos recuerdos que la familia de la actriz pone ahora en venta forman parte de una exposición que estará abierta al público hasta el 11 de agosto.
La colección consta de 250 lotes, en los que hay joyas, muebles, porcelana y pinturas, de antes de la II Guerra Mundial hasta la muerte la actriz, enferma de tuberculosis, en 1967. Entre los objetos a subasta hay 45 obras de arte, que ponen de manifiesto su promoción de artistas británicos modernos y evidencian que su dedicación al séptimo arte era sólo una faceta en la vida de la actriz, que se codeaba junto a Laurence Olivier con intelectuales, pintores y escritores, con los que compartía inquietudes culturales.
También forman parte de la colección objetos más personales, como el guión cinematográfico de
Lo que el viento se llevó y una copia firmada y dedicada con un poema manuscrito de Margaret Mitchell, la autora del superventas de la épo-
ca y ganador del Pulitzer que dio lugar a la película. Los precios de los lotes van de 112 a 112.000 euros y convocarán tanto a los amantes del cine como a los grandes coleccionistas.
El diseño de interiores era otra de sus aficiones. En la subasta hay diversas piezas procedentes de las casas de ciudad y de campo que Vivien Leigh compartió con Laurence Olivier. La actriz abordó la decoración de sus casas como si estuviera diseñando un decorado e incorporó influencias de su experiencia tanto en el cine como en el teatro.
Fue tal la huella que le dejó Escarlata que, según se relata en su biografía, puso a las vacas de su granja los nombres de los personajes de Lo que el viento se llevó, pero se reservó para ella el de la joven sureña. Nunca quiso desprenderse del personaje.