París dispondrá de tres nuevos centros culturales para espectáculos masivos
La Seine musicale ha abierto dos salas de conciertos en la isla de Seguin Entre la euforia de una más que posible sede olímpica en 2024 y el crecimiento de su periferia, París está engordando sus infraestructuras “culturales” en el oeste. En Boulogne-Billancourt, montado sobre una de las islas del Sena, la Île Seguin, acaba de abrir La Seine musicale, un gran centro cultural polivalente con dos salas de concierto, dos estudios de grabación y ensayo, aulas pedagógicas y tiendas, que los arquitectos Jean de Gastines y Shigeru Ban, han montado sobre la isla. El conjunto tiene el aspecto de un paquebote coronado por una gran bola de cristal que recuerda a los radares esféricos de los barcos de guerra, y una pantalla del mismo material que parece una vela.
Después de que hace dos años abriera la nueva Filarmónica en el noreste de la ciudad –edificio de acústica perfecta, más bonito por fuera que por dentro– ahora es en el oeste donde se desarrollan grandes centros culturales abiertos a espectáculos masivos. Dirigida por el ex director del teatro de Châtelet, Jean-Luc Choplin, La Seine musicale dispone de dos salas con capacidad para 6.000 y 1.150 personas. La primera para conciertos eléctricos, coros y danzas, y la segunda, el auditorio, para la música acústica fundamentalmente clásica. Se llega en metro y tranvía y la isla está conectada a la ribera por pasarelas.
Choplin quiere que sea un centro creativo que produzca sus propios espectáculos y un escenario que acoja producciones o coproducciones internacionales. Su problema es el dinero. “Necesito diez millones”, explica. Su idea es dedicar tres millones a montar producciones y con los beneficios obtenidos preparar otros creando un círculo autoalimentado, un modelo que ya practicó con éxito en el Châtelet.
Con ésta especie de supermercado del espectáculo cultural se podría poner en aprietos a las salas tradicionales de la ciudad, como la Pleyel o el emblemático Olympia que pasarían ser algo así como colmados de barrio. Francia es el país que tiene más supermercados, grandes superficies y centros comerciales de Europa, lo que está convirtiendo los centros de sus ciudades, incluidas las de provincias, en verdaderos desiertos comerciales, en beneficio de los nuevos polos macro, accesibles
El centro U Arena de Nanterre abrirá en octubre y tiene una capacidad para 40.000 personas
en coche de las afueras.
La Seine musicale es poca cosa al lado de otro nuevo coloso que asoma en el oeste de la aglomeración parisina, el U Arena de Nanterre, sede de un conocido equipo de rugby, el Racing 92, que abrirá en octubre con un macro concierto de los Rolling Stones. Está en el barrio de negocios de La Défense. Con una capacidad para 40.000 personas, 15.000 de pie, este centro que se comenzó a construir en el 2014 será un espacio para espectáculos de masas, deportivos o musicales. Con un presupuesto de 350 millones de euros –el doble de lo que ha costado La Seine musicale– el U Arena (con forma de U) será capaz de transformarse en muy poco tiempo para amoldarse a cada situación. El césped sintético del estadio se cubrirá a mano de placas de plástico para acoger un concierto, explican. Se cuenta con acoger dos encuentros de rugby al mes, pero, “no será un estadio común, sino más bien una sala de conciertos en la que se podrá jugar al rugby”, puntualiza Bathilde Lorenzetti, encargada de prensa. Se prevén “40 grandes eventos al año”, entre ellos una competición de moto-cross.
El oeste de la ciudad, en este caso un sur-oeste, incluye también otro gran supermercado del espectáculo con un aforo de 20.000 personas: el AccorHotels Arena de Bercy, renovado hace dos años, propiedad del ayuntamiento y donde Emmanuel Macron, se consagró como algo parecido a un telepredicador americano en un memorable mitin el pasado abril. ¿Habrá público para tanta oferta, o está cayendo París en esa enfermedad tan ibérica de las infraestructuras sobredimensionadas?