El PDECat recupera a los exconsellers y cargos que dejan el Govern
El partido sitúa a Lluís Corominas como presidente del grupo de Junts pel Sí
El PDECat quiere mantener a los exconsellers y cargos que dejan el Govern como activos del partido y por ello los integrará en sus órganos de dirección. La idea que transmite Pascal es que “los soldados del partido están dispuestos a todo”, estén o no en el Ejecutivo.
Una cosa es que al PDECat no le quede más remedio que aceptar los cambios introducidos por Carles Puigdemont en el Govern y otra que esté de acuerdo con ellos. Quizás por esta razón la dirección no duda en mostrar “todo el apoyo del partido” al presidente de la Generalitat, pero al mismo tiempo reivindica la valía política de los cargos relevados y se propone recuperarlos para el funcionamiento ordinario de la formación.
Esta es, cuando menos, la idea que expresó ayer la coordinadora general, Marta Pascal, después de una reunión extraordinaria del comité nacional convocada para analizar los acontecimientos políticos de la última semana. Una reunión que sirvió para cerrar filas, una vez más, con la actuación de Carles Puigdemont y a la que asistieron los exconsellers de Interior y Ensenyament, Jordi Jané y Meritxell Ruiz, y el exsecretario del Govern, Joan Vidal de Ciurana, que sobre el papel deberían de haber perdido la condición de miembros, pero que la dirección ha decidido mantenerlos para evidenciar que, a pesar de todo, el partido sigue contando plenamente con ellos.
“No nos sobra nadie, son activos fundamentales y no cerramos ninguna puerta a ningún tipo de responsabilidad”, argumentó la máxima dirigente ejecutiva del PDECat para justificar que todos ellos no sólo continuarán en el comité nacional, sino que es posible que se les adjudiquen funciones en los ámbitos sectorial o territorial que la dirección quiere fortalecer pensando más allá del 1-O. Con Meritxell Ruiz, por ejemplo, se cuenta para el área de educación, fundamental para el modelo de sociedad que preconiza la formación, y Jordi Jané se considera que puede contribuir a la implantación del partido en Tarragona, su demarcación. A estos nombres habrá que añadir también el del exconseller de Empresa i Coneixement, Jordi Baiget, en el que la cúpula del PDECat ha pensado desde el primer momento para el área económica. Joan Vidal de Ciurana, en cambio, podría reorientar su actividad profesional en la empresa privada.
Alguno, por otro lado, incluso es posible que llegue a tener algún papel en la propia dirección ejecutiva, que Marta Pascal prevé reforzar con vistas al tramo final del año, una vez conocido el desenlace del 1-O, después de que de los doce miembros iniciales haya quedado reducida a ocho a causa del régimen de incompatibilidades de la formación. La coordinadora general entiende que es el momento de dar “un punto más de intensidad” al fortalecimiento del partido, y así lo ha transmitido a todos los cuadros, en un horizonte de previsible reestructuración orgánica interna en el que el primer órgano que tendría que ganar peso sería precisamente la misma dirección ejecutiva. Capítulo aparte en este conjunto de nombres propios merece el de Neus Munté, exconsellera de Presidència, que es vicepresidenta del PDECat. La también exportavoz del Govern asistió ayer con toda normalidad a la reunión del comité nacional y su intención es continuar en el cargo, a pesar de que algunas voces dentro de la propia formación, y aunque sea en privado, lo pongan en duda.
En este contexto de cambios, la dirección del partido procedió también a la designación de uno de los cargos que había quedado vacante como consecuencia justamente de la remodelación del Govern. Se trata, en concreto, del de presidente del grupo de Junts pel Sí en el Parlament, que ocupaba Jordi Turull, el nuevo conseller de Presidència, y que a partir de ahora
El partido mantiene a los exconsellers en los órganos internos y les busca funciones sectoriales o territoriales
estará en manos de Lluís Corominas, dirigente en la última etapa de CDC que con la refundación y creación del PDECat había perdido protagonismo en la vida orgánica de la formación. No así en la vertiente institucional, en la que como vicepresidente primero del Parlament se había convertido en mano derecha de la presidenta Carme Forcadell y ha estado en la primera línea de fuego del proceso soberanista, con querella incluida. Un cargo este último, en todo caso, que la nueva responsabilidad le obligará a dejar y en el que será sustituido por Lluís Guinó, alcalde de Besalú, considerado próximo a Carles Puigdemont.
El objetivo de este movimiento está también en línea con la voluntad de la dirección que encabeza Marta Pascal de acentuar el perfil propio del partido más allá de Junts pel Sí, tarea para la que la experiencia de Lluís Corominas se considera que puede ser muy útil. El hasta ahora vicepresidente primero del Parlament es, además, una persona que mantiene buena relación con ERC, lo que ha de facilitar el normal funcionamiento entre los socios, pero que por su peso político la cúpula de la formación entiende que es capaz también de marcar, si es necesario, las distancias necesarias desde el PDECat.