Sánchez e Iglesias no avanzan en las soluciones para la cuestión catalana
Los líderes del PSOE y Podemos no logran fijar una posición común en Catalunya
Una misma reunión de más de dos horas entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, junto a sus respectivos equipos parlamentarios, dio ayer lugar, de nuevo, a interpretaciones muy distintas sobre el alcance de esta. El grupo confederal de Unidos Podemos puso después el acento en la trascendencia de la cita. “Prefigura un gobierno alternativo. A quien va a poner más nervioso es a Mariano Rajoy y al PP. Hoy están un poco más cerca de salir del Gobierno”, celebró la portavoz de la formación morada, Irene Montero. “Lo que prefigura es el trabajo parlamentario que vamos a acometer”, rebajó a continuación la portavoz parlamentaria del PSOE, Margarita Robles, que instó a ponerse a trabajar en busca de resultados concretos y huir de las “grandes palabras y declaraciones”.
Sánchez e Iglesias acordaron, eso sí, crear una mesa permanente de trabajo y coordinación entre los dos grupos parlamentarios y mostraron sintonía ante la “agenda social” que quieren impulsar, con puntos comunes a desarrollar sobre el sistema de pensiones, la subida del salario mínimo, la negociación colectiva, la renta mínima, la garantía juvenil o incluso la corrupción que ambos achacan al PP. Pero Sánchez e Iglesias no lograron avanzar ni un paso juntos para dar una respuesta política a la situación de Catalunya, al menos según pudo evidenciar las discrepantes versiones sobre el calado del debate que después ofrecieron Robles y el portavoz de En Comú, Xavier Domènech. Si el grupo morado destacó las posibilidades de acuerdo existentes ante la cuestión catalana, el PSOE prefirió subrayar las insuperables discrepancias entre las dos partes.
Así, Sánchez expuso a Iglesias las propuestas contenidas en la declaración de Barcelona que el PSOE y el PSC suscribieron el pasado viernes. Entre ellas, la propuesta de abrir una subcomisión en el Congreso sobre la reforma de la Constitución. “Respetamos la idea, pero entendemos que no es suficiente ante una mayoría de catalanes que desde el 2010 reclaman el derecho a decidir su futuro”, replicó Domènech. A su juicio, mucho más efectivo, y urgente, sería habilitar un espacio parlamentario para abordar “un diálogo real sobre la situación de Catalunya”. “Debemos trabajar para abrir espacios en el Congreso sobre las reivindicaciones catalanas y que cada actor asuma su responsabilidad. La solución pasa por el reconocimiento de varias soberanías”, reiteró el dirigente de los comunes. “No nos oponemos a una comisión sobre la reforma de la Constitución, podemos coparticipar, pero no es la iniciativa que ahora está a la altura de la urgencia de lo que está pasando en Catalunya”, demandó Domènech. “No decimos que no, pero no consideramos que forme parte de la activación de la solución”, zanjó, abriendo una posibilidad de acuerdo al respecto.
Pero Robles, a renglón seguido, echó bastante agua al vino. “Los dos hemos puesto de relieve la gran preocupación por la situación de Catalunya que lleva al abismo, pero discrepamos en las soluciones”, advirtió. La portavoz del PSOE puso el acento en que nunca van a aceptar “un referéndum ilegal que se salte las normas del Estado de derecho”. “No compartimos su posición de soberanías compartidas, defendemos una soberanía única, y por eso no podemos aceptar un referéndum unilateral de independencia”, zanjó la portavoz del PSOE. También subrayó que su propuesta es abrir una comisión sobre la reforma constitucional, y no sobre otra cuestión. Su pretensión, dijo, sería abrir este espacio de diálogo antes del 1-O. “Pero no lo ponemos como condición”, admitió. Es decir, que si para encontrar un mayor consenso es mejor dejarlo para después del 1-O, el PSOE esperará.
La portavoz socialista rechaza las soberanías compartidas en España: “Defendemos una soberanía única”