“Mi estrategia fue auspiciada por el egoísmo de algunos”
David, ganador de ‘El puente’, repartió el premio a partes desiguales
David Adán, ingeniero agrícola de 34 años, nacido en Madrid pero que ha vivido toda la vida en València, fue elegido ayer ganador de El puente (#0), el reality producido por Movistar+ en colaboración con Zeppelin TV, en el que quince desconocidos trabajaron unidos para construir con sus manos un puente de 300 metros en la Patagonia argentina. Tras conseguir la hazaña en 28 días, quedaba la parte más sociológica del programa: los mismos concursantes debían decidir quién era el ganador, que decidiría si compartía el premio de 100.000 euros y de qué forma.
Tras un triple empate en primera votación, David salió vencedor en la segunda ronda. Después de reflexionar en soledad durante una noche decidió que repartiría el premio a partes desiguales: a diez participantes les dio 6.100 euros; a Mafa 6.300 euros, un poquito más, porque era su cumpleaños; a Clyde, 4.500 por no haber colaborado lo suficiente por sus dolencias físicas; a Juan y a Jo, les dejó en 6.000 euros y les quitó 100 “como colleja por su falta de humildad”, y finalmente él se embolsó 16.200 euros.
Algunos concursantes criticaron la forma del reparto. ¿Volvería a hacerlo de la misma manera? “Sí, 100 por 100. Además, las opiniones que he recibido por parte de la gente que me importa son muy positivas”, explica David. Sobre las críticas por una posible discriminación sobre Clyde por su dolor de espalda, el ganador afirma que no quería crear malos rollos ni echar en cara cosas a nadie y que por ahorrarse un conflicto creó un malentendido: “Yo no quería discriminarle por su estado físico, sino porque el hecho de no poder levantar peso no significa que no puedas implicarte en otras tareas. Clyde fue mi gran decepción como concursante”.
Durante el programa, los participantes siempre se habían mostrado partidarios de repartir el premio, aunque había diferencias sobre si debía ser a partes iguales. Hubo momentos, confiesa David, en que, si resultaba ganador, se mostraba más dispuesto a repartir el premio a partes iguales, “pero empecé a tener dudas a partir precisamente de la actitud de Clyde”. Por otra parte, también calculó que 100.000 euros entre quince salía a 6.666 euros por persona: “666 euros es una cantidad que no hace ni rica ni pobre a una persona pero multiplicada por 14 es un buen pellizco que a mí me iba bien y no hacía daño a nadie”.
En la última noche de reflexión, “mi cabeza me recordó que esto era un concurso y acabé de definir los detalles, como quitarles esos 100 euros a Juan y Jo”. Estos dos concursantes le acusaron de haber llevado desde el inicio una política de estrategia, sobre lo que David responde: “Mi estrategia fue involuntaria y auspiciada por el comportamiento ególatra y poco humilde por parte de algunos concursantes”.
David define como una experiencia “espectacular y preciosa” su paso por El puente. “Ha sido mi primera aventura en televisión y ha sido realmente muy sincera y honesta por parte del equipo”. Sólo las cámaras le recordaban que estaba en un programa televisivo y se muestra orgulloso de haber participado “en un
reality gourmet con tanta calidad audiovisual”.
¿Y le cambiará la vida para siempre, como auguraba la presentadora del programa Paula Vázquez? “Yo intento vivir experiencias que me cambien por dentro, por eso viajo mucho y decidí entrar aquí. En cierto sentido, sí me la ha cambiado porque este año está siendo especial y de alguna forma seguro que me ha cambiado por dentro aunque aún no sea consciente del todo”.