La autopsia concluye que Blesa murió por “autolesión”
El administrador de la finca cree que el financiero tenía claro “lo que iba a hacer”
El gestor de la finca de Córdoba donde sucedieron los hechos dice que el exbanquero “tenía claro lo que iba a hacer”
La autopsia confirmó ayer la hipótesis del suicidio como causa de la muerte del expresidente de Caja Madrid Miguel Blesa. Nuevos testimonios de personas que le vieron en sus últimas horas con vida aseveran esta versión. La conducta de Blesa en su acceso a la finca de Puerto del Toro no fue la habitual. No solía llevar sus armas de caza a este lugar, por ejemplo. Y esta vez lo hizo. En el maletero de su coche llevaba el rifle del que salió el disparo mortal, y le atravesó el tórax.
El expresidente de Caja Madrid habría accionado el gatillo en la parte delantera de su vehículo, con el que había llegado a la finca la madrugada anterior. Los investigadores creen que apoyó la culata en el suelo, se colocó el cañón del arma en el pecho y disparó. Luego rodó sobre el capó y cayó junto a una de las ruedas del coche. Allí le encontró uno de los empleados de la finca, que avisó al número de emergencias, el 112, y a la Guardia Civil.
El dictamen de la autopsia secunda la veracidad de esta descripción de lo sucedido, surgida del testimonio de los presentes en la finca, las circunstancias del hallazgo del cuerpo, su examen y el del arma, la trayectoria del proyectil y el tipo de lesiones causadas, de acuerdo con la posición presumible del rifle en el momento del disparo. La conclusión de los forenses, de acuerdo con sus conocimientos médicos y criminológicos, es que la muerte de Blesa se produjo “por autolesión por arma de fuego”.
La autopsia se realizó a primera hora de la mañana en el Instituto Anatómico Forense de Córdoba. Concluido el examen, los restos mortales de Blesa salieron hacia el cementerio de Las Quemadas, donde familiares y amigos del fallecido velarían el cuerpo a lo largo del resto del día. El propósito de la familia era que los restos de Blesa fueran incinerados y que la comitiva fúnebre se trasladara hoy a Linares (Jaén), donde el expresidente de Caja Madrid había nacido en agosto de 1947. Blesa estaba, por tanto, a punto de cumplir los 70 años. Está previsto que el funeral tenga lugar hoy en la propia localidad de Linares.
Un testimonio clave ha sido el aportado por Rafael Alcaide, gestor de la finca, propiedad de la Sociedad Rozuelas del Valle SL, con quien Blesa desayunó muy temprano la mañana de los hechos. Fue a Alcaide a quien Blesa le preguntó si ya tenía el número de teléfono del móvil de su esposa, por si en algún momento tenía que comunicarse con ella, por cualquier circunstancia. Y se lo dio. Alcaide no sospechó que hubiera algo raro en la pregun- ta. Los motivos los descubriría pocos minutos después.
Junto a las expresiones de pesar y las muestras de condolencia trasladadas a la familia surgieron ayer las primeras polémicas sobre las circunstancias que han rodeado esta muerte. De la mano, por ejemplo, de Fermín Gallardo, uno de los administradores de la finca Puerto del Toro, donde se produjeron los hechos. Gallardo comparó la desaparición del expresidente de Caja Madrid con la de la exalcaldesa de Valencia Rita Barberá, y dijo que las dos se habían producido a resultas de la “presión” recibida.
El administrador estaba anteayer en la mencionada propiedad y consideró “anormal” que Blesa llegara de madrugada, porque le consideraba una persona “muy ordenada”, y le extrañó que hubiera cambiado de planes varias veces durante la semana. Según Gallardo, el visitante sólo llevaba en su bolsa de viaje “una camisa y un calzoncillo”. Es decir, no pensaba pasar una larga estancia, y de ello dedujo, después de los hechos, que Blesa tenía “idea de lo que iba a hacer”. En todo caso, la conclusión del administrador de la finca es que “la presión se cargó” a Rita Barberá, y “la presión se ha cargado a Miguel Blesa”, quien claramente “no venía a cazar”.
A la familia de Blesa le queda una compleja gestión de los problemas legales derivados de los asuntos judiciales y las reclamaciones del fallecido. Su muerte extingue sus responsabilidades penales, pero no las civiles. Sus familiares deberán decidir si aceptan la herencia que pueda corresponderles, cargas incluidas. El financiero tenía pendiente de resolver el recurso que presentó ante el Supremo por su condena a 6 años de prisión por las tarjetas black .La Audiencia Nacional estimó que Blesa y Rato eran responsables civiles del mal uso de las tarjetas, del que se derivaron gastos por valor de 12 millones de euros. Además, ahora los preferentistas podrán reclamar por la vía civil. A los herederos, en suma, puede llegar a convenirles no aceptar la herencia.
A la familia le queda por delante una compleja gestión de los problemas legales del fallecido