“Si Dalí pudiera ver su exhumación, disfrutaría”

Malestar en Figueres por la apertura de la tumba

Más de 90 medios acreditados de todo el mundo, decenas de curiosos, turista y vecinos de Figueres, la mayoría móvil en mano, se agolpan en la principal entrada del Museu Dalí una hora antes de que la comitiva judicial entre en Teatre-Museu para iniciar la extracción de ADN del artista. Hay quien pregunta a qué se debe tanta cámara. El camarero de un negocio próximo a la plaza Gala i Salvador Dalí intenta explicar a unos franceses que hoy exhumaran el cuerpo del pintor. Los ojos de sorpresa e incredulidad lo dicen todo. “Espero que sea la hija; si no, será una vergüenza”, explica Maria, que observa con atención el revuelo que ha suscitado la noticia. “Es muy extraño que lo hagan después de tantos años”, reflexiona Alexandra Herrera, una turista de Miami fascinada por el genio. Pero quienes mejor lo conocieron no dudan al asegurar que a Dalí le gustaría lo rocambolesco de la situación. “La cuestión es que se hable, aunque sea para bien”, solía decir con sarcasmo Salvador Dalí. Estos días está frase se ha cumplido con creces. “Si Dalí lo está viendo, estoy seguro de que estará disfrutando. Estaría en su salsa, cuanto más embrollado era un asunto, mucho mejor”, explicaba ayer frente a las puertas del museo Marià Lorca, alcalde de Figueres cuando el genio falleció. El forense que lo embalsamó, Narcís Bardalet, no podía contener la emoción cuando recordaba cómo le dieron la forma “con una pasta húngara” a su peculiar bigote, que marcaba las 10.10. “Puede que se me hieran los sentimientos si lo vuelvo a ver”, afirmaba con la voz entrecortada. La expectación seguía siendo máxima aún cuando a las 20.18 se cerraban definitivamente las puertas del museo. La noche se preveía larga. Los curiosos no se van.No quieren que se acabe este histórico día.