La Vanguardia

Los restos de Queipo

El alcalde de Sevilla busca la forma de exhumar el cuerpo del general golpista.

- ADOLFO S. RUIZ Sevilla

Gobernar en minoría suele provocar fuertes dolores de cabeza para quien se ve obligado a hacerlo. Al alcalde de Sevilla, el socialista Juan Espadas, le suele suceder en el caso de los restos del general Gonzalo Queipo de Llano, enterrados junto a los de su esposa, Genoveva Martí, en el interior de la basílica de la Macarena, justo al lado de la muralla donde fueron fusilados miles de republican­os. Hace un año, el Ayuntamien­to, dirigido en minoría por el PSOE con el apoyo de IU y Podemos, aprobó una moción para que esos restos fueran sacados de allí, pero cumplirlo no es nada sencillo.

Espadas admite que en mayo se reunió con el actual hermano mayor de la Hermandad Macarena para tratar el problema, sin conseguir ningún avance. La jerarquía de la Iglesia parece ahora más abierta a una solución. Fuentes del arzobispad­o, cuyo titular está de vacaciones, aseguran que “se recoge la petición y se compromete a estudiar el caso”. Un compromiso muy tibio, pero un mínimo avance en un tema que se considerab­a cerrado. La Iglesia siempre ha mantenido que “se tendrá en cuenta la voluntad de la familia y la de la hermandad”. Una y otra defienden que los restos permanezca­n donde están.

Queipo de Llano, un militar de ideas republican­as y poco amigo de Franco (se le atribuye la autoría del mote Paca, la Culona para referirse a él), eligió secundar el golpe de Estado y ponerse al frente de la sublevació­n del 18 de julio de 1936. Como virrey de Sevilla fue el responsabl­e último de la brutal represión que se cobró en torno a 50.000 vidas en Andalucía, de las que más de 10.000 lo fueron en Sevilla, la provincia en la que se alzó y desde donde contribuyó al éxito franquista. Lenguaraz, bebedor y mujeriego, al final de sus días sufrió una crisis de fe, real o inventada, y dedicó esfuerzo y dinero a los niños pobres y a financiar la basílica de la Macarena, de cuya hermandad es hermano mayor honorario. En calidad de tal está enterrado en lugar sagrado.

Diversos colectivos realizaron desde la tarde del pasado día 17 hasta la mañana del 18 una vigilia laica a las puertas del palacio arzobispal para reclamar la retirada de los restos de Queipo de Llano, por lo que consideran “una ofensa para todas las víctimas de aquella barbarie”. A ello se ha sumado una carta dirigida al papa Francisco para que se interese por el tema. Mientras, el alcalde Espadas señala que la ley de Memoria Histórica tiene que ser “cumplida por todos”, pero admite que en Sevilla hay “matices e interpreta­ciones”, por lo que no le queda otra que “seguir trabajando en busca del acuerdo”.

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