Lleida abre su parador tras más de siete años de obras
El nuevo hotel, de cuatro estrellas, debe contribuir a la recuperación de un barrio que lucha contra la degradación
Las obras han durado más de siete años y el presupuesto se ha disparado hasta los 16,5 millones de euros, pero por fin Lleida inauguró ayer el nuevo parador nacional del Roser, el número 96 de la red fundada en 1928 y el cuarto de la provincia.
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, acompañado del ministro de Energía y Turismo, Álvaro Nadal, y del alcalde de Lleida, Ángel Ros, presidió la apertura del nuevo establecimiento que dispondrá de 53 habitaciones, un hotel de cuatro estrellas que ha de contribuir a mejorar la oferta turística de la capital y a la recuperación urbanística, económica y social de un barrio que lucha contra la degradación.
El alcalde de Lleida, Àngel Ros, destacó que el parador ayuda a “vertebrar el centro histórico, la Seu Vella y el Eix Comercial, y este vínculo permite posicionar Lleida en el turismo de patrimonio, de naturaleza y gastronómico”. En el mismo sentido, el presidente del Gobierno resaltó que el nuevo hotel “pondrá en valor todo lo que tiene Lleida a nivel histórico, patrimonial y gastronómico y reforzará su imagen como destino turístico”.
El edificio, catalogado como de interés histórico, empezará a funcionar el próximo 10 de agosto, aunque ya se pueden reservar habitaciones y dará trabajo a 28 personas. La reforma, diseñada por el arquitecto municipal Carles Sàez, afecta a dos edificaciones, por un lado, la iglesia, convertida en el restaurante principal, y por otra, el complejo residencial, organizado alrededor del claustro central de planta cuadrada y con una altura de tres pisos con galerías que dan acceso a las 53 habitaciones. En el patio, se sitúan la recepción, la cafetería y las salas de reuniones.
El Roser es un edificio histórico de estilo barroco que es todo un
El edificio del Roser, de estilo barroco, recibirá los primeros huéspedes a partir del 10 de agosto
símbolo para el catalanismo local, no en balde fue el escenario de una matanza en el asalto de las tropas de Felipe V el año 1707 en plena guerra de sucesión. Originariamente fue sede de la orden de los Dominicos y su construcción se inició en 1699. La iglesia del Roser fue reconstruida en 1830. Hasta su reconversión en parador, el viejo convento ha albergado escuelas, estudios universitarios y también un museo.
La reconversión en parador no ha estado exenta de polémica ya que el proyecto inicial fue aprobado durante el mandato del alcalde Siurana y contó con el apoyo de ERC y ICV, entonces en el gobierno municipal. Con todo, asociaciones como la Crida-CUP se han opuesto al proyecto y recelan de que pueda seguir practicándose la ofrenda floral a las víctimas de 1707. La lápida de recuerdo a las víctimas se ha colocado junto a la puerta y en otra pared de la entrada principal hoy luce una placa de metacrilato que informa de la inauguración por el presidente Mariano Rajoy.
El acto de inauguración se pudo desarrollar sin grandes problemas, ya que sólo un centenar de manifestantes de la izquierda independentista se concentraron en contra de la presencia de Rajoy, pero a una distancia prudencial ya que los Mossos d’Esquadra y la Guardia Urbana establecieron un cordón de seguridad en torno al edificio y el presidente apenas pudo notar su protesta. Los manifestantes gritaron y abuchearon a Rajoy y lanzaron consignas a favor del voto el 1-O. A la hora de saludar a las autoridades, el senador de ERC Miquel Àngel Estradé aprovechó para regalar a Mariano Rajoy una copia en DVD del documental Las cloacas de Interior.