Doble Mouawad
El Lliure acoge dos obras del dramaturgo que unen la Grecia clásica y la actual
Su teatro está atravesado por el peso del pasado y de los antepasados, por la sangre oculta bajo la tierra que siempre acaba emergiendo. La muerte y la búsqueda de la identidad también son marcas de la casa en un hombre que ha sido capaz de hacer que la tragedia brille con una intensidad inusitada en pleno siglo XXI, cuando ya se había acabado la historia. Wajdi Mouawad, que dejó su Líbano natal cuando era pequeño y acabó viviendo en Canadá –aunque ahora lo hace en Francia, donde dirige el Théâtre National de la Colline, uno de los grandes teatros públicos del país vecino–, ha triunfado en todo el mundo, y de forma especial en Barcelona, con piezas como Incendios, y hoy y mañana aterriza en la capital catalana, en el festival Grec, con dos de sus obras, que él mismo dirige y una de las cuáles incluso la protagoniza él.
Aterriza con un díptico titulado Des mourants (Los moribundos), dos obras que se ofrecen consecutivamente en el Teatre Lliure de Montjuïc a las 19 y a las 22 horas. La primera, la que protagoniza él, es Inflammation du verbe vivre (Inflamación del verbo vivir), en la que va en busca de los héroes de la antigüedad clásica y acaba atravesando en su periplo algunos de los paisajes infernales de la Grecia actual. La segunda pieza es Les
larmes d’Oedipe (Las lágrimas de Edipo), en el que se mezclan las lágrimas de ayer y de hoy, el viejo mito edípico y la Atenas del siglo XXI, una ciudad enfurecida por el asesinato de un joven en las manifestaciones contra los recortes.