CNA-Cata exige unos 200 despidos para salvar Edesa-Fagor
CNA-Cata, el grupo propietario de Edesa Industrial, dijo ayer que sólo puede mantener a un máximo de 160 trabajadores para dar continuidad a la empresa, que se encuentra en preconcurso de acreedores desde el pasado 30 de junio. Se trata de una dura exigencia, ya que la plantilla de Edesa –fabricante de electrodomésticos con la marca Fagor– está formada actualmente por 350 trabajadores en las tres factorías de Euskadi. En definitiva, sobran 200 empleos o quizás más.
El duro ajuste, anunciado ayer a la plantilla, comportará el cierre de la fábrica de Edesa de Garagartza en Arrasate y la concentración de la producción en las de Basauri y Escoriatza. Este plan contraviene radicalmente el compromiso de CNA-Cata cuando se hizo con el control de la unidad productiva de Fagor Electrodomésticos, cooperativa del grupo Mondragón, en el 2014. En ese momento, el grupo que lidera Jorge Parladé garantizó el mantenimiento de todo el empleo en Euskadi y fue así como logró, a cambio, que la cooperativa vasca le concediera la licencia para usar la marca Fagor.
Sin embargo, el comprador no ha cumplido su plan de negocio y las pérdidas son ya insostenibles. Urge una reestructuración de la actividad y también de la deuda y esa es la razón por la que Edesa presentó preconcurso de acreedores hace tres semanas. Con una deuda de cerca de 100 millones, una competencia muy agresiva en precios y los duros recortes anunciados ayer, la compañía no lo tiene fácil. El plan de viabilidad recoge la asunción de la deuda avalada por parte de la matriz, como es preceptivo, y promete la llegada de inversores que se habrían comprometido ya a inyectar 12 millones de euros para apuntalar las necesidades de tesorería y las inversiones para reorientar el negocio.
El plan de viabilidad supone un recorte importante de deuda que asume en parte la matriz del grupo