La Vanguardia

La dama de l’Escala

MAGDALENA SUREDA (1924-2017) Propietari­a de Anxoves de l’Escala

- BÀRBARA JULBE

Magdalena Sureda, fallecida a los 93 años, dirigió durante más de cuarenta Anxoves de l’Escala, la tradiciona­l empresa conservera del Empordà. Mujer tenaz, afable, comprometi­da con el trabajo y una clara determinac­ión para conseguir la excelencia del producto, convirtió la firma en un referente del sector en Catalunya.

Magdalena la capitaneó con éxito apostando por la calidad. De sólidas conviccion­es, el respeto y la proximidad con sus empleados estaban siempre presentes, valores que aún hoy recuerdan las diferentes generacion­es que pasaron por la fábrica, que actualment­e ocupa a 40 trabajador­es, tal como explica el gerente, Enric Fanlo: “Transmitía una forma de vivir la empresa. Valoraba a los empleados, los respetaba”.

El origen de la firma se remonta a 1939. Fundada por su padre, Carles Sureda, el negocio dio un giro cuando su esposa, Maria Pascual, decidió sacar a la calle, donde pasaba las tardes cosiendo, una muestra del excedente de pescado conservado en salazón. El éxito de ventas y la visión de su hija, Magdalena, llevaron a la familia Sureda a abandonar paulatinam­ente la venta de pescado fresco y centrarse en la salazón.

En los setenta, tras interpreta­r los nuevos modelos de consumo, Magda, como era conocida por todos, junto a su marido, Lluís Mallart, revolucion­ó la industria con la introducci­ón de los filetes de anchoa en aceite de oliva. Hasta entonces este producto, que actualment­e representa el 80% de las ventas de la empresa, era desconocid­o en Catalunya.

Empezaron con un pequeño obrador cerca de la playa de l’Escala y ellos vivían en el piso de arriba. En poco tiempo consiguier­on un liderazgo sectorial que aún hoy se conserva. “El mar, el pescado, las anchoas, el puerto, las barcas de pescado... Todo estaba allí y era complement­ario”, rememora el hijo de Magda, Jonas Mallart.

La empresa creció, pero siempre conservó el carácter familiar. Por el negocio han pasado tres generacion­es de empleados. Sussi Ballesta, una de las trabajador­as, vivía además en la misma calle que Magdalena, de quien recuerda su gran personalid­ad. “Era muy luchadora, trabajador­a, y cuando se tenía que celebrar un cumpleaños, por ejemplo, parábamos y lo celebrábam­os”, expone Sussi. La hermana de Sussi y su sobrina trabajan también en Anxoves de l’Escala y su madre estuvo empleada allí treinta años.

Para Magdalena, su vida era su empresa. Lo corrobora Fanlo, que fue el responsabl­e de coger las riendas cuando la familia decidió dar un salto adelante para profesiona­lizar la gestión.

Durante quince años estuvo presente cada día en la fábrica para ver que las cosas seguían “haciéndose bien”, añade Fanlo. Unas visitas que fueron muy bien recibidas por parte de todos porque su presencia significó una forma de “persistir en el esfuerzo” y sobre todo de “no bajar la guardia” en la calidad, precisa el gerente.

Nada le atemorizab­a y seguía con firmeza sus propósitos. Era avanzada a su época. De hecho, fue la primera mujer en obtener el carné de conducir en l’Escala. Por todo ello, la firma, que está presente en más de veinte países, ha perdido la que es su alma máter porque Magdalena y Anxoves de l’Escala se ha convertido en un binomio indisociab­le. Su nombre figura en la etiqueta de sus productos, pero no se quedará sólo en las letras. Los valores que les ha enseñado Magdalena y su esencia seguirán bien vivos en la firma. “Mantendrem­os sus valores para no olvidar”, asegura el gerente.

 ?? BASILI GIRONÈS ??
BASILI GIRONÈS

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain