Vivir en el siglo XX
Renace el interés por los muebles de autor creados por artistas como Jean Prouvé, Charlotte Perriand o Mies van der Rohe
Los hay, pocos pero privilegiados, que de un solo vistazo identifican un Jean Prouvé, un Charlotte Perriand o un Jacobsen. Y son bastantes más (pero ni mucho menos una mayoría) los que detectan un Le Corbusier y algunos iconos de los Eames. Al menos la Cube Chair del primero o el sillón Egg de los segundos son piezas conocidas por quienes se interesan mínimamente por el diseño y la arquitectura. Igual que la famosa silla Barcelona, modelo MR90, creada por Mies van der Rohe con la colaboración de su socia y compañera, la diseñadora Lily Reich, para el Pabellón Alemán en la Exposición Internacional de Barcelona del año 1929. Eran tan cómodas que las utilizaron los reyes cuando visitaron el pabellón de la ciudad...
También sólo estos informados, los que aplauden este estilo depurado y limpio firmado por los mejores arquitectos y diseñadores industriales del siglo XX, son la minoría que puede disfrutar rodeándose de esos diseños originales y saben que únicamente pueden localizarlos y adquirirlos en galerías contadas. Eso sí, a precios prohibitivos para la mayoría. ¿Ejemplos? La pieza más asequible de esta categoría sería un taburete de Charlotte Perriand por 1.000 euros, y una estantería de Jean Prouvé no suele bajar de los 50.000 euros. Pero por mobiliario original firmado por el mítico creador de la silla Antony se pueden llegar a pagar hasta 300.000 euros. Uno de los expertos que más tiempo llevan en todo esto es Miquel Alzueta, el exeditor que en su día fundó Columna (en 1985, impulsando la traducción al catalán de autores como Tom Sharpe) y representante de artistas plásticos como Manuel Macaya o Manolo Ballesteros. Lleva muchos años investigando y tratando de sumergirse de lleno “en este mobiliario de líneas extraordinariamente simples que se identifican con el momento vital por el que ahora paso”.
Lo que era una pasión se ha convertido en su trabajo y en la razón de ser de sus galerías del Empordà (el Palau de Casavells, un edificio del siglo XIV restaurado donde también se ha especializado en el mueble de campo del siglo XVIII) y de la calle Sèneca de Barcelona, en la que conviven todo tipo de tiendas de muebles de segunda mano. También Marcel Breuer, Jean Prouvé, Max Bill o Alvar Aalto son la razón de ser de Dada-Studios. Y Mategot, Man Ray y hasta Joan Miró. Este espacio de 250 metros cuadrados de la calle Pallars (que pronto se ampliará con un showroom en el piso superior que incluirá su selección de arte contemporáneo) responde a la vocación de Adrián Agudo, Marc Esteller y Aythamy Armas de “abrir una galería enfocada en mobiliario del siglo XX que mute en un proyecto multidisciplinar que nos permita desarrollar nuestras líneas personales de trabajo, ya que cada uno de nosotros veníamos de ámbitos del arte o bien de la producción”.
Además de los citados, también las lámparas de Serge Mouille (la mítica Spider cuesta alrededor de 7.000 euros) o Michel Buffet conviven con una escogida muestra de mueble escandinavo de firma. Dada-Studio trabaja casi exclusivamente con originales, pero su catálogo incluye unas piezas con pocas reediciones. Porque eso, la reedición de los clásicos, es una tendencia al alza y la especialidad de otros entendidos en el asunto. Son Marc Morro, que en su AOO de la calle Sèneca expone las reediciones de los clásicos del diseño catalán de los cincuenta, como la mítica silla Salvador o la lámpara Cesta Santa & Cole de Milá; y Gidlööf, una galería del Born en la que Sofía Gidlööf y el arquitecto Guim Costa Calsamiglia se inspiran en los clásicos escandinavos.
La locura por el mobiliario de firma del siglo XX no es exclusividad de Barcelona. Son muchos los que peregrinan hasta la Magen H Gallery de Nueva York para encontrar piezas exclusivas, sobre todo de diseñadores franceses de la posguerra, y más los que intentan no perderse la Design de Miami o de Basilea. Se trata de las ferias internacionales que exhiben y comercializan –a través de galerías– diseño de edición limitada, como si fueran piezas de arte.
Además de la Magen H Gallery, acuden a estas ferias las casas más importantes del mundo especiali- zadas en este sector en crecimiento. Es el caso de Erastudio Apartment Gallery, la galería milanesa fundada por la arquitecta Patrizia Tenti, que, claro, se ha especializado en objetos únicos, prototipos, ediciones limitadas y piezas de maestros del diseño italiano, con piezas de Ettore Sottsass, Nanda Vigo, Archizoom Associati y Mario Ceroli.
Un paso atrás en el tiempo, el de la no menos apreciada época art déco, también tiene su legión propia de seguidores. Si en Madrid la galería más especializada es Ayala (dedicada a las antigüedades, trabaja piezas desde los siglos XV hasta el siglo XIX, pasando por el art nouveau y el art déco y con un amplio catálogo de muebles, pintura, escultura y objetos de artistas del modernismo europeo y catalán), en Barcelona el lugar de prestigio es Fins de Siècles.
Dirigida por dos expertos belgas, Michèle Van Hove y Nicolas Vanderbeck, dispone de 850 metros cuadrados en la calle Enric Granados de Barcelona repletos de mobiliario, iluminación y objetos decorativos del siglo pasado con especial incidencia en ese reconocible movimiento de diseño popular que se puso de moda a partir de 1920 hasta 1939 en Europa y América, e incidió en la arquitectura, el interiorismo, el diseño gráfico e industrial y las artes visuales como la moda, la pintura, la impresión, la escultura y la fotografía. “Nuestra pasión ha estado siempre marcada por el diseño, la calidad de materiales, la originalidad y la elegancia. Encontramos piezas especiales viajando y las restauramos artesanalmente, devolviéndoles su antiguo esplendor”, explican desde su establecimiento.
FERIAS La locura por el mobiliario de autor del siglo pasado tiene ferias en Miami y Basilea PROHIBITIVO El mobiliario de Jean Prouvé puede costar entre 10.000 y 300.000 euros