El gran salto adelante
Barcelona’92 constituyó la rampa de despegue para el deporte en España
Antes de los Juegos Olímpicos de Barcelona, el deporte español había dibujado un decorado de estrellas aisladas que iban apareciendo casi por generación espontánea. Los mejores futbolistas, baloncestistas, tenistas o pilotos, por poner cuatro ejemplos, estaban por llegar. Antes del 92, España era un paria en el concierto internacional deportivo y, a escala olímpica, no se puede decir que ahora sea una gran potencia, pero sí que dejó de gatear y dio un gran paso adelante. Se pactó una inversión con el plan ADO, se abrieron centros de alto rendimiento como el CAR de Sant Cugat y se generaron unas infraestructuras que no existían. En algunos campos, España continúa a años luz de los mejores, pero sin aquel proyecto de Barcelona’92 habría sido más difícil que hubieran emergido los Pau Gasol, Rafa Nadal, Mireia Belmonte o David Cal.
Nunca después de los Juegos de Barcelona, de los que estos días se conmemora el 25.º aniversario, la delegación española ha repetido las 22 medallas que convirtieron en inolvidables aquellas poco más de dos semanas de competición. Pero, pese al parón sufrido en Sydney 2000, nunca más se ha regresado a los niveles de Seúl’88. Las pírricas cuatro medallas de la cita coreana encendieron todas las alarmas, pero luego las expectativas se superaron con creces.
Entre Barcelona’92, contándola, y la actualidad, España ha logrado, en siete citas olímpicas, 122 medallas, el 82% de todas las que ha conseguido en su historia, pues antes sus deportistas sólo se habían colgado 27. Pero lo más importante fue que la cita barcelonesa dio paso a una nueva época. Una en la que se eliminaron complejos y se apostó por fomentar la competitividad. Una en la que se rompieron barreras que antes se pensaban infranqueables. Una en la que se disfrutó como nunca con los deportistas.
Las selecciones españolas de fútbol y de baloncesto han vivido su edad de oro, con títulos mundiales y continentales, Nadal ha acumulado entorchados del Grand Slam, Belmonte tiene cuatro podios en los Juegos, y hasta en deportes que no tienen nada que ver con el movimiento olímpico, como el automovilismo, Fernando Alonso fue pionero, con su doble cetro en el gran circo de la fórmula 1.
Todo eso llegó después. Pero lo que sucedió durante fue esplendoroso. De la recta de llegada infinita de Fermín Cacho a la subida triunfal a Montjuïc de Dani Plaza pasando por las lágrimas de emoción en el tatami de Miriam Blasco o la lluvia de medallas que se aplaudió en el Port de Barcelona. Los metales vinieron de manera variada, y eso también resultó novedoso. En deportes con tradición aquí, como el fútbol, el hockey, el tenis o el waterpolo. En especialidades preponderantes en los Juegos, como el atletismo (4) o la natación (1, Martín López Zubero). O en disciplinas eminentemente olímpicas como el judo, el tiro con arco o la vela. No fue sólo la catarata de podios, sino también el hecho de que hasta 13 veces los deportistas subieron a lo más alto. Eso disparó a España en el medallero y la situó en un fantástico sexto lugar, por encima de países como Francia, el Reino Unido o Italia, que normalmente siempre están por delante en los Juegos.
Los éxitos femeninos, con hasta ocho preseas, también fueron un dato destacable que ha ido ganando en importancia con el paso de los Juegos, pues las mujeres han aumentado su peso de manera notoria.
El recuerdo de aquellos días también ha de servir para no dormirse en los laureles, pues buena parte de las figuras que han servido de banderín de enganche están en la fase final de sus carreras, con lo que habrá que afrontar un relevo generacional que no será sencillo.
Pero eso es historia que está por venir. La que se produjo en Barcelona hace 25 años es para disfrutar con su recuerdo. Por eso La Vanguardia inicia hoy una serie de páginas especiales en las que se evocarán momentos cumbre, como el desembarco del Dream Team de baloncesto de Estados Unidos, la gestación de una ceremonia de inauguración que enamoró al mundo, el alumbramiento del Amics per sempre o la vida de los medallistas un cuarto de siglo después. Un recuerdo muy dulce.
PERIODO FRUCTÍFERO Entre 1992 y el 2016 España logró el 82% de todas las medallas que ha conseguido en su historia CONMEMORACIÓN ‘La Vanguardia’ inicia una serie de páginas especiales con motivo del cuarto de siglo de Barcelona’92