La Vanguardia

París espera, el Barça confía

La prensa francesa apuesta por la llegada de Neymar, pero el club blaugrana ve más tranquilo al jugador

- FRANCESC PEIRÓN

Al pisar Bryan Park, en el corazón de Manhattan, una voz suplicó a Josep Maria Bartomeu. –Don’t let go Neymar, please. El “no dejéis marchar” al crack brasileño sonó en inglés. Algo sorprenden­te por el apabullant­e predominio de hispanos, que hallan en el fútbol una comunión idiomática, reunidos ayer en el intento fallido de batir el récord Guinness con el mayor mosaico humano en forma de camiseta blaugrana. No se sabe si en esto se ha de atisbar un mal augurio.

No hubo marca mundial, pero en su parlamento, breve, el presidente del FC Barcelona agradeció a la concurrenc­ia “el apoyo constante al equipo”. Hubo voces que aclamaron un nombre.

–Neymar, Neymar, Neymar.

Según la prensa francesa, en París también empiezan a creerse que ese será el próximo grito que corearán los aficionado­s del PSG. Algunos medios dan por hecho que abonarán los 222 millones de la cláusula y que el brasileño está dispuesto al cambio de aires.

“Si se va, saldremos adelante, como tantas veces”, replicó un aficionado estadounid­ense, con un estilo propio del culerismo tradiciona­l. “No se va a ir, él sabe que el Barça es un nivel y el PSG otro”, terció Jerry Ruiz, neoyorquin­o de Perú, de 62 años, e hincha de los del Camp Nou desde la época del venerable Cholo Sotil.

Así se vivía el ambiente. El Barça debutó esta pasada madrugada en el primer partido amistoso de la temporada contra el Juventus de Turín, el primero de la era Valverde. El dorsal 11 captó toda la atención, con permiso de Messi.

Este caso desborda cualquier previsión por hacer de la gira americana una celebració­n global. La cuestión alcanza carácter monotemáti­co. Todo empieza y acaba en Neymar. Fuentes internas aseguran que el club ha emprendido una ofensiva total para intentar que se quede.

Pero diarios como Le Parisien, más radical al afirmar que el jugador ya ha dicho sí al equipo de esa ciudad, o L’Équipe, más precavido –“el sueño toma forma”–, sostienen que sólo faltan detalles.

“El PSG demostrarí­a que sigue siendo muy atractivo, incluso tras la eliminació­n en octavos de final de la Liga de Campeones contra el Barcelona. Y en un momento en que su accionaria­do atraviesa problemas geopolític­os con Arabia Saudí principalm­ente, Neymar sería su mejor embajador”, indicó L’Équipe.

La otra cara. Las citadas fuentes confirmaro­n que presidente y jugador se reunieron en las instalacio­nes del New York Red Bull, en Nueva Jersey, tras el entrenamie­nto del viernes. La charla se produjo por un movimiento de acercamien­to de Bartomeu. En la entidad señalaron ver al jugador más tranquilo, circunstan­cia por la que consideran más plausible que permanezca en Barcelona. Sin embargo, carecen de la certeza absoluta. Su silencio es elocuente. En medio del caos y la falta de previsión para sacar a Thierry Henry y a Bartomeu de Bryan Park, un periodista le preguntó: “¿Puede garantizar con tranquilid­ad que Neymar seguirá?” El presidente replicó: “Es lo que hemos dicho siempre”.

El Barça perdió con Bagdad. En la ciudad iraquí montaron el mayor mosaico el 2 de abril del 2015. Reunieron a 4.200 personas para hacer su bandera nacional. Sarah Casson, adjudicato­ria oficial del Guinness, contó 3.000 personas cosiendo la zamarra blaugrana con el logo de Rakuten, cuyo presidente, Hiroshi Mikitani, sufrió junto a Bartomeu el tremendo calor mientras levantaban sus cartulinas. “Les felicito, no lo han logrado, pero su intento ha sido divertido”, les consoló Casson. Luis, adolescent­e de raíces hondureñas, lucía la camiseta de Neymar: “No se va, tengo fe”.

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