Astroturismo en la Garrotxa
Con el mayor telescopio de la provincia de Girona, el nuevo observatorio de Albanyà quiere atraer un nuevo perfil de visitantes
Más de 400 personas han visto ya el firmamento desde el nuevo observatorio astronómico con telescopio más grande de la provincia de Girona, inaugurado a principios de julio y ubicado en Albanyà. El equipamiento, cuyas instalaciones están totalmente automatizadas y con aparatos de última generación, está ideado para trabajar para la divulgación y la investigación científica.
Con el estreno de dicho observatorio, este pueblo de la Garrotxa, de tan sólo 150 habitantes, no sólo se ha situado en el mapa del mundo sino que en unos meses espera convertirse en punto neurálgico de un nuevo perfil de turistas: los astroturistas, atraídos también porque el municipio es el primer parque internacional de cielo oscuro (es decir, sin contaminación lumínica) de España, sello que otorga la entidad norteamericana Internacional Dark Sky Association.
“El efecto no es inmediato. Ahora es temporada alta. En septiembre y octubre, cuando termine el verano y el turismo baje, aguantará”, pronostica el alcalde Joan Fàbregas. El Ayuntamiento, que ha trabajado al máximo para reducir el uso lumínico, apuesta por esta “marca”. “La implicación es 100% por un turismo de calidad y que respete la naturaleza”, asegura el alcalde.
El observatorio, desde el cual ya se han podido observar galaxias que están a más de 4 millones de años luz, se halla en las instalaciones del camping Bassegoda Park, pero están concebidas para usarse de manera independiente. “La intención es poner el aparato al servicio de la ciencia durante los meses de invierno y de la divulgación en otoño, primavera y verano”, explica Pere Guerra, director del observatorio y uno de los propietarios del camping.
El ojo con el cual se puede mirar el universo tiene 406 milímetros de diámetro. “Si un ojo humano de noche sólo puede dilatar unos 7 milímetros, nos podemos imaginar la resolución que tienen los objetos que podemos observar”, explica Guerra, que es astrónomo aficionado. Hasta ahora quienes han participado en el llamado bautizo astronómico, en el que se puede ver la Luna o planetas como Saturno, son mayoritariamente familias.
El camping, que en el 2005 recibió una certificación de la fundación Starlight que le convirtió en el primer campamento acreditado de la Península, ya hace tiempo que organiza actividades vinculadas a la astronomía. Pero, a fin de dar un paso más, unió esfuerzos con el astrofotógrafo –y ahora también director del observatorio– Juan Carlos Casado, y con el apoyo de fondo europeo y la Obra Social La Caixa, invirtió unos 100.000 euros para crear este observatorio astronómico único en las comarcas gerundenses.
El pueblo es como una isla de oscuridad y eso hace que reúna todas las características para observar el cielo desde la naturaleza”, asegura Casado.
Con aparatos de última generación, la flamante instalación se usará para la divulgación y la investigación científica