Marca registrada
Valverde preserva la estructura y la identidad ofensiva del Barça
Lejos del nivel físico óptimo y sobre un terreno de juego deficiente por seco y lento, en su primera aparición pública el Barcelona de Ernesto Valverde fue un equipo de identidad reconocible y expresó los matices que pretende reforzar el nuevo entrenador. Si Luis Enrique priorizó la imprevisibilidad táctica como respuesta al anquilosamiento que había heredado, Valverde propone en primera instancia una paradójica involución evolutiva, una prospección sobre la genética del equipo con el fin de optimizar sus factores positivos tanto de manera aislada como combinada.
Una frase de Valverde sobre la jerarquía de la línea de ataque, en vísperas del encuentro inaugural del curso, define su pensamiento: “Sé el peso que tienen estos jugadores en el equipo, pero debemos tener equilibrio. Debemos estar juntitos y encontrar la fórmula para que el equipo juegue redondo”. Aunque Messi volvió a exhibir su genialidad y Neymar decidió el partido contra el Juventus con un doblete, el técnico extremeño rechaza fiar los resultados al estado de inspiración de los artistas, lo cual supone un progreso respecto al desarrollo del curso anterior. Al final del duelo elogió “la implicación de los jugadores por intentar estar juntos” y por “llevar la iniciativa del juego”.
Especialmente durante el primer tercio, el Barça de Valverde prefirió esforzarse en recuperar la pelota rápidamente que en replegarse después de una pérdida. Un equipo diseñado para llevar la iniciativa en cualquier circunstancia suele sufrir cuando el balón está en posesión del rival y Valverde prefiere no pasar por este trance: presión uniforme –cuanto más solidaria, mejor, prescribe el entrenador– y recuperación inmediata. Samper, que actuó en la primera parte en el mediocentro, tuvo una función destacada en los trabajos de recuperación y en una circulación que Valverde quiere que sea rápida, especialmente en el centro del campo. El técnico aplaudió la actuación del canterano, cedido al Granada el curso pasado, y no descartó su permanencia: “Esto es una prueba permanente, cada día hay que rendir y yo creo que ha estado bien. Nos alegramos por él”. Por el contrario, el técnico envió un mensaje inequívoco a los descartados Douglas, Munir y Vermaelen, que vieron el partido desde la grada junto al portero del filial Ezquieta, los únicos que no jugaron. Arda –mensaje subliminal– jugó de extremo derecho, una posición que le es extraña, y en la segunda mitad.
El debut respondió una de las incógnitas de los orígenes de la era Valverde. Se mantiene el sistema 4-3-3, tanto en el primer tiempo, con Messi partiendo desde la banda derecha, como en el segundo, cuando cambió completamente la alineación y Sergi Roberto se situó en el interior derecho (su regreso al centro del campo parece definitivo), Aleñá cumplió en el izquierdo y Denis se postuló como atacante desde la izquierda. Permanece el dibujo, pero cambian matices desde el primer día en los movimientos atacantes, tanto con esférico como en su ausencia, con la búsqueda de mayor posesión, más velocidad de circulación y una actitud presionante. ¿Y los nuevos? Jugó Semedo en el segundo acto y mostró aptitudes por la velocidad y la profundidad, pero sucumbió a la presión del debut.
INVOLUCIÓN EVOLUTIVA Luis Enrique quiso ser imprevisible, el nuevo técnico prefiere asumir siempre la iniciativa LAS PRIORIDADES La presión uniforme, la posesión y la velocidad de circulación complementan la inspiración del tridente