Las tendencias de inversión cambian y el sector se profesionaliza
La Salle Technova ha celebrado este julio su XII Escuela de Business Angels para formar a futuros inversores en start-ups tecnológicas
En el mundo de las start-ups hay que estar al día. Tanto inversores como emprendedores deben conocer las últimas herramientas y tendencias del sector para poder coger bien las olas, y no es fácil. En los últimos años, han sido muchos los que se han aventurado en inversiones en start-ups, espoleados por los grandes éxitos de compañías españolas que han conseguido posicionarse en el ámbito internacional. Pero, más allá de los grandes titulares, no es fácil invertir en una start-up y salir airoso, ni los beneficios son, siempre, tan suculentos. Hay que tomarle el pulso al ecosistema y no dejarse llevar.
Para conocer todos los entresijos de la inversión en el sector, La Salle Technova Barcelona lleva doce años formando a los futuros inversores en start-ups tecnológicas. Este mes de julio celebró su XII edición de la Escuela Business Angels, donde inversores experimentados y profesionales del sector explicaron cómo invertir como business angel. El programa tiene como objetivo fomentar la cultura inversora, emprendedora y de gestión del riesgo, ayudar a incrementar la seguridad del inversor a la hora de invertir y a desarrollar su capacidad analítica para identificar los mejores proyectos.
FORMACIÓN ESPECÍFICA
Javier de la Ossa es coordinador de La Salle Technova y socio fundador de Sadako, una start-up que trabaja con proyectos de inteligencia artificial. Afirma que más allá de tener formación en management, los inversores deben entender la lógica del emprendedor y la especificidad de la inversión.
“Básicamente, cuando hablamos de emprendedores nos fijamos en tres planos: el equipo, el negocio y la parte de financiación”. En el último caso, y en start-ups tecnológicas, el inversor “tiene que poner mucho de su parte para creer que el proyecto tirará adelante, porque en fa- ses tan iniciales tienes que entender el negocio pero, sobre todo, su potencial”.
Karina Suntaxi, de la Escuela de Business Angels, apunta que a lo largo de los años ha habido cambios en el enfoque de las ponencias. “Al principio se trataba de ampliar conocimientos, mientras que ahora es más profesionalizado. El ecosistema está muy bien articulado y consolidado, y eso hace que la gente deba reciclarse y estar al tanto de las novedades y las nuevas herramientas. Ahora es una formación necesaria si realmente quieres estar en el sector e invertir, porque se trata de reducir riesgos”. Algo que confirma Javier de la Ossa cuando asegura que “el inversor profesional requiere de formación especializada. El sistema emprendedor tiene sus particularidades y es necesario saber qué especificidad tiene el negocio”.
INTELIGENCIA ARTIFICIAL
En cuanto a las tendencias de inversión, el coordinador de La Salle Technova explica que “la estrella, en los últimos años, han sido proyectos con base tecnológica de software, porque cada vez es más barato lanzar una compañía. El coste de poner en marcha una start-up de este tipo ha variado, lo que hace que aparezcan más”. Sin embargo, “hay aún muchos modelos de negocio que pueden desarrollarse aún en internet, y creo que el gran cambio viene de la mano de la inteligencia artificial, que acabará estando en todos los sectores. En este sentido, todavía hay muchas más oportunidades que emprendedores”.
En cuanto a los grandes errores que cometen los inversores, De la Ossa destaca que “el principal es hacer la primera inversión demasiado rápido. Una vez te has decidido, tienes muchas ganas y eso te lleva a invertir sin hacer un análisis en profundidad o a hacer inversiones demasiado elevadas. Es vital hacer un análisis técnico y profundo de cada proyecto”. Y sobre lo primero que debe analizarse de una start-up, Suntaxi destaca “el equipo”, a lo que De la Ossa añade que ese equipo debe tener las aptitudes para reaccionar si las cosas cambian.
Sobre los trucos para los emprendedores, el coordinador de La Salle Technova destaca que “deben despertar la codicia del inversor y mostrar el potencial del negocio. Deben explicar quiénes son, en qué momento están y adónde quieren ir, más que dar todos los detalles técnicos del proyecto. Se trata de que el inversor vea que ese equipo es capaz de generar valor”.
Ramon Saltor, CEO de Crowd Angel, fue uno de los ponentes de la Escuela de Business Angels. Entró hace cinco años en Growd Angel, una empresa basada en la idea del crowdfunding que, a día de hoy, ha invertido unos 5,7 millones en siete compañías. Saltor explica que para un business angel es mejor invertir en
start-ups en fase de desarrollo porque son más competitivas. Y asegura que es muy importante que el modelo de negocio sea innovador y demostrar que la diferenciación es alta. Este experto recomienda, además, no poner más del 10% en una compañía.
En cuanto a los consejos tanto para inversores como para emprendedores, Saltor diferencia, por un lado, el producto. Muchas start-ups han nacido porque el creador está solucionando un problema suyo y no piensa en la mayoría de las personas. Por ello, las estadísticas evidencian que un 42% de las start-ups fracasan precisamente por eso. Se necesita probar el producto para saber la funcionalidad del mismo. Además, es preciso investigar por internet cómo está posicionado y si coinciden las palabras clave del mismo. Finalmente, debemos especificar y tener muy claros los canales a través de los cuales haremos llegar el producto a los clientes. Por este motivo, hemos de tener en cuenta: para quién y por qué es el mejor.
Por otro lado, tenemos el mercado. Debemos realizar un análisis riguroso para saber qué podemos alcanzar con el presupuesto que tenemos. No podemos seguir la misma línea
que nuestros competidores, hemos de presentar una propuesta de valor distinta. Debemos definir bien el mercado donde opera nuestro producto, conocer bien las variables. Cuando invertimos en compañías, hemos de tener en cuenta las ventajas competitivas: tecnología mejor; crear una marca fuerte (como en el caso de Hawkers); eficiencia operacional (Glovo); etc. Y, finalmente, debemos tener en cuenta al equipo de trabajo, que debe ser multidisciplinar. Hemos de saber que nadie lo sabe todo, por eso han de haber perfiles diferentes, como el de ventas, el de negocio o el de producto.
Elena Rico, Investment Director de Caixa Capital Risc, fue otro de los ponentes que participaron en la Escuela. Según esta experta, para valorar una empresa deben tenerse en cuenta dos aspectos: el arte y la ciencia. Generalmente, no se ha de mirar operación por operación, sino el entorno. Es decir, definir una estrategia de inversión, no dejarnos influir, sino seguir una política para evitar riesgos. Para ello, debemos tener una hoja de ruta marcada que tenga en cuenta tres aspectos.
El primero es el mercado, que debemos ponderar en un 30%, y se trata de ver si con nuestros recursos podemos superar a la competencia. El segundo es el modelo de negocio, tenemos que entenderlo muy bien, saber si sigue las normas del sector, porque no es lo mismo estar en un sector TIC que en uno comercial. Y el tercer aspecto que hay que tener en cuenta, y el más importante, es el equipo. Tendría que pesar un 40%, tenemos que observar su experiencia y fijarnos en si puede entrar en razón cuando se le da una recomendación.
MÁS DE LA MITAD, FALLAN
Durante su ponencia, Rico recordó un estudio en el que se agregaron los business angels más reputados, se sumaron todos los porfolios de 117 compañías y se pudo ver que, efectivamente, más de la mitad son fallidos. Y lo más sorprendente de este estudio es que el ticket para invertir tampoco era tan caro.
Rico también advirtió que al principio todas las compañías crecen muchísimo, pero para que el crecimiento vaya en una buena dirección es necesario dominar las métricas, tener en cuenta los contactos, la rentabilidad del cliente y saber cuánta transacción obtenemos.