Una huelga de celo causa nuevas colas en el aeropuerto de El Prat
oeLa protesta laboral provoca horas de espera en los filtros de seguridad oeLa situación puede agravarse con la convocatoria de paros indefinidos
Pasajeros en tierra.
La huelga de celo del personal de seguridad de El Prat dejó en tierra a los pasajeros que llegaban con el tiempo más justo; también hubo insultos y viajeros que se saltaron los controles hartos de esperar.
Las colas han regresado al aeropuerto de El Prat. Esta vez no ha sido en los controles de pasaportes, que afectaban únicamente a los pasajeros con destino fuera del espacio Schengen, sino en los filtros de seguridad, por donde han de pasar todos y cada uno de los viajeros que cogen un avión, viajen a Madrid o a Los Ángeles.
Las mayores aglomeraciones se produjeron ayer a primera hora de la mañana. El lunes antes de que amanezca es uno de los momentos de la semana con mayor número de operaciones. Al ser la última semana de julio se juntaban los pasajeros que se desplazan por trabajo con los que iniciaban o finalizaban sus vacaciones. A las seis de la mañana no estaban abiertos todavía los diez filtros de seguridad que hay en la terminal 1 y la cola se fue haciendo grande hasta acercarse a las dos holos ras según algunos pasajeros afectados. Cuando todo el personal estaba ya en sus puestos, las cosas iban más lentas de lo habitual y las colas se perpetuaron. El caos no desapareció hasta las once y media de la mañana.
Durante el momento más crítico, la zona de acceso a los filtros de seguridad se dividió en tres filas en lugar de una, como es habitual, pero aun así la aglomeración de gente llegaba hasta la puerta de la terminal. El pico de dos horas de espera fue puntual, numerosos pasajeros afectados hablan de alrededor de tres cuartos de hora para pasar un trámite que normalmente no lleva más de diez minutos. Los que iban con el tiempo justo perdieron el vuelo y se quedaron en tierra. Entre las seis y las ocho de la tarde se volvió a repetir la situación, aunque en menor mesura. Pese al evidente colapso aeroportuario, Aena reduce el pico máximo de espera a los 43 minutos.
La causa de las largas colas fue la huelga de celo del personal de seguridad privada que trabaja en los filtros de seguridad. Es una actividad que Aena tiene subcontratada al grupo Eulen. Los trabajadores acordaron ayer cumplir estrictamente las condiciones laborales acordadas, que dictan, por ejemplo, que cada filtro debe contar con una mujer para hacer los cacheos a las mujeres que pitan al pasar por arcos de seguridad. Hasta ahora, las mujeres atendían hasta cuatro filtros a la vez yendo de un lado a otro; ayer no lo hacían. Los trabajadores tampoco pasaban más de los 20 minutos preceptivos frente al monitor de rayos X que escanea las maletas de mano, tal y como dicta el convenio, en lugar de las dos horas que dicen pasarse analizando los equipajes a través de la pantalla.
Fuentes del Sindicato Profesional de Seguridad Privada (SPS) denuncian que “el crecimiento de pasajeros del aeropuerto en los últimos años no ha ido acompañado de un refuerzo del personal” y reclaman la contratación de entre 50 y 60 personas más para poder prestar el servicio correcto. “El colapso vivido demuestra que no podemos asumir el nivel y la carga de trabajo que nos impone la empresa”, apunta un trabajador que prefiere no ser identificado por miedo a represalias. Según el SPS, un tercio de las bajas laborales son por estrés.
El colapso de los filtros vivido ayer se saldó con varios trabajadores insultados y amenazados por viajeros que perdieron sus vuelos y un incumplimiento flagrante de las medidas de seguridad. Algunas personas, ante la larga espera para que su maleta fuera registrada tras detectar algún elemento sospechoso, se hartaron y siguieron adelante sin que nadie verificase si realmente las alarmas saltaban por un inofensivo champú o por algo realmente peligroso. Todo ello, mientras el Ministerio de Interior mantiene el nivel cuatro sobre cinco de alerta antiterrorista.
La situación tiene todos los números de volver a repetirse hoy –con algo menos de intensidad
porque hay menos vuelos programados– y puede ser aún más significativa en los próximos días ya que un grupo de trabajadores ha anunciado una huelga indefinida con dos paros de una hora en cada turno a partir del 4 de agosto todos los lunes, viernes y domingo. El comité de huelga y la empresa se reunirán hoy en una mesa de mediación convocada por el Departament de Treball de la Generalitat para tratar de alcanzar un acuerdo entre ambas partes.
Por su parte, el conseller de Territori, Josep Rull, pidió a Aena el “máximo de diligencia posible” para resolver el problema de la empresa concesionaria del servicio. “El verano será largo y habrá que estar muy encima del aeropuerto”, advirtió Rull, en referencia al problema de falta de personal registrado en los controles de pasaportes desde principios de mayo y que parece resuelto tras el refuerzo de agentes de Policía Nacional y la compra de nuevas máquinas que han agilizado los trámites.
El jueves puede ser un día crítico ya que a las probables colas en el interior del aeropuerto se sumarán los problemas en los accesos que prevén provocar los taxistas, que han convocado un paro total de 24 horas y realizarán marchas lentas alrededor de las diversas infraestructuras de Fomento.