Estocada del Parlamento balear a las corridas de toros
El animal, que no será picado ni banderilleado, sólo estará diez minutos en el ruedo
Los “toros a la balear” ya son una realidad. El Govern del archipiélago ha conseguido, de momento, salvar su ley para impedir las corridas en las islas. En realidad, no han sido prohibidas de facto aunque la normativa dificulta su celebración hasta el extremo de que, en la práctica, su desarrollo resulta inviable.
De esta manera, cuando entre vigor la normativa ratificada ayer por el Parlament balear, las corridas solo podrán desarrollarse bajo la prohibición expresa de dar muerte al toro en la plaza. De igual forma no estará permitida la utilización de utensilios que puedan dañar al animal durante la fiesta. Es decir, desaparecerán dos de los tres tercios en los que se divide el espectáculo taurino tradicional ya que no podrá ser picado ni banderilleado. En definitiva, una desvirtuación del espectáculo que lo reduce a la mínima expresión. La nueva ley, que se aplicará después del verano, también prohíbe el rejoneo, así como las corridas con la presencia de caballos.
Esta es la manera que han encontrado el partido socialista balear (PSIB), Més y Podem, todos impulsores de la ley, de esquivar los intentos del Ministerio de Cultura por impedir una regulación autonómica. Así, y tras desistir de prohibir expresamente las corridas, el Pacte ha optado por una versión más descafeinada que, no obstante, tampoco cuenta con la aprobación del Gobierno de Rajoy.
El texto aprobado, también ha sido cuestionado. Madrid ha trasladado una segunda advertencia que pone en entredicho la normativa. Concretamente, el ministerio insiste en que el texto legislativo vulnera algunos aspectos de la Constitución, atenta contra las competencias del Estado en la legislación estatal y no tiene en cuenta la reciente sentencia del Tribunal Constitucional (TC) que advierte de que las regulaciones autonómicas “menoscaban” las competencias estatales en la materia.
El Gobierno advierte de la inconstitucionalidad de la prohibición de las corridas de toros que incluyan la muerte del animal. En un documento enviado al Govern se señala que la corrida de toros incluye el empleo de picas, banderillas y estoque y asegura que el hecho de que haya otras tradiciones donde no muera el animal, como la portuguesa, es “irrelevante”. Considera, por tanto, que la limitación del uso de la muleta y el capote es “inconstitucional”.
Pese a las advertencias, el tripartito balear ha decidido aprobar la ley en espera de la más que probable presentación de un recurso contra ella. Asimismo, se eleva la edad de entrada en las plazas a los 18 años, se prohíbe la venta de alcohol y se exige a los organizadores de los festejos taurinos el cumplimiento de una estricta normativa. Por ejemplo, el toro tendrá que estar en la plaza, como mínimo, 48 horas antes de la corrida, y deberá ser trasladado en un transporte que cumpla con criterios de bienestar. Una vez en la plaza, un veterinario velará por su estado físico mediante una revisión y realizará un control antidóping. También los toreros estarán obligados a someterse a los test antidoping.
La restrictiva normativa limita el tiempo de las corridas así como el número de morlacos que pueden participar en ellas. Cada astado, hasta un máximo de tres por festejo, podrá estar un máximo de diez minutos en la plaza. Los toreros únicamente podrán utilizar el capote y la muleta. Se obliga a los organizadores a advertir, mediante la exposición de carteles, que el espectáculo puede herir la sensibilidad del espectador. Una vez finalizada la corrida, los animales serán sometidos a un nuevo examen por parte de los veterinarios acreditados para ello.
Desde el Govern recuerdan que han cumplido con una promesa electoral mientras que la oposición no comparte la restricción de las corridas. Ciutadans, en boca de su portavoz, Xavier Pericay, señala que la ley nace “muerta” porque será recurrida ante el Constitucional, que la rechazará. Argumento que comparte el Partido Popular que, a través de un portavoz, ha declarado que el texto es un “despropósito y una castaña legislativa”. Los populares también acusan al Govern de “renegar de su cultura”. Los regionalistas del PI (Projecte per les Illes) han minimizado los efectos de esta ley afirmando que “lo de menos son los toros” porque en Baleares “apenas” quedan tres pueblos que celebran una corrida al año.
El Gobierno español, que recurrirá la decisión, recuerda que la corrida incluye picas, banderillas y estoques