La Iglesia rompe su silencio y arropa a Duda
guardia y seguir alentando al presidente para que vete también la tercera ley.
Ayer por la tarde una multitud comenzó a congregarse de nuevo ante la sede de la presidencia, en el centro de Varsovia, para pedirle al presidente con pancartas y eslogans un “tercer veto”.
El estupor, desconcierto y una disimulada furia del régimen nacionalista de Ley y Justicia que siguió a la inesperada declaración matutina del presidente Duda se pudo apreciar primero con las varias horas de silencio del régimen, que claramente esperaba instrucciones de su líder, Jaroslaw Kaczynski. Después, por sucesivas expresiones de “sorpresa”, “decepción” o “desconcierto” de varios de sus portavoces, así como por un frenético movimiento de visitas que la jefa de Gobierno, Beata Szydlo, y los ministros más importantes iban haciendo a la sede del partido, convocados uno por uno por Jaroslaw Kaczynski.
“Estamos preocupados por la momentánea ventaja que han ganado los histéricos defensores del statu quo –declaró Ryszard Terlecki, jefe de la bancada nacionalista–. Pero espero que sepamos arreglarlo”.
Después de la reunión con el líder nacionalista, Szydlo y sus ministros mayor peso acudieron en grupo al palacio presidencial para pedirle explicaciones a Duda y, probablemente, intentar persuadirle de que cambiara de opinión. Sin embargo, el portavoz
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CONFERENCIA EPISCOPAL “Una democracia auténtica sólo es posible en un Estado de derecho”
del presidente Andrzej Duda declaró más tarde que la reunión “no había cambiado la situación” y que la decisión del presidente era “inamovible”. El portavoz sugirió incluso que el tercer veto seguía siendo “una posibilidad”.
El presidente pudo sentirse respaldado también por la súbita toma de posición de la jerarquía católica, que ayer finalmente rompió su mutismo para expresarle su apoyo. “Le agradecemos al presidente la postura que ha tomado respecto a las leyes judiciales –declaró el presidente de la Conferencia Episcopal, el arzobispo Stanislaw Gadecki–. Una democracia auténtica sólo es posible en un Estado de derecho”.