Israel y Jordania rebajan la tensión tras la violencia de los últimos días
Tel Aviv retira los detectores de metales y Ammán libera al guarda de seguridad
Jordania e Israel aliviaron ayer la tensión diplomática originada por la instalación de detectores de metales en el acceso a la explanada de las Mezquitas, un enfrentamiento que se vio agravado por el incidente acaecido en la embajada israelí en Amman, donde el pasado domingo un guarda de seguridad se refugió tras disparar y matar a dos jordanos, uno de ellos menor de edad.
Con pocos minutos de diferencia, Israel anunció la retirada de los controles de seguridad en la explanada de las Mezquitas, y Jordania por su parte permitía el regreso a su país de la delegación israelí, incluido el guarda de seguridad acusado del doble crimen. Unas decisiones que, muy probablemente, formen parte de un acuerdo entre ambos países para rebajar las tensiones.
Jordania custodia la explanada de las Mezquitas, tercer lugar sagrado del islam, después de La Meca y Medina, y que también es el lugar más sagrado del judaísmo porque allí se sitúan los templos bíblicos.
Israel decidió colocar los arcos de metal en el acceso al recinto después de que el pasado día 14 dos palestinos dispararan y mataran a dos policías israelíes. Anoche anunció su retirada para reemplazarlos por algún tipo de “sofisticada tecnología”, según declaraciones del Gobierno israelí a AP.
El Gobierno de Netanyahu, según diversos analistas, no evaluó las consecuencias de instalar los detectores de metales y ahora le cuesta encontrar una salida.
El incidente de Ammán agravó aún más la tensión. La versión israelí de los hechos identifica al agresor como un joven de 17 años, de origen palestino, carpintero de profesión. Al parecer, estaba instalando unos muebles en un apartamento alquilado por la embajada israelí cuando clavó un destornillador en la espalda y el pecho al guarda de seguridad israelí, que resultó herido leve. El agente se defendió con su arma. Abrió fuego contra el adolescente, identificado como Mohamed Zakaria al Yauaudeh, que murió allí mismos. Las balas también alcanzaron al propietario del inmueble, que falleció poco después.
El agente se refugió en la embajada. Israel insiste en que tiene credencial diplomática y que está protegido por la convención de Viena. Jordania, sin embargo, no tiene
Ammán, custodia del tercer lugar sagrado del islam, se oponía a los arcos de control que instaló Israel
clara su inmunidad y está decidida a no dejarlo ir sin antes interrogarlo. La policía rodeó los accesos a la embajada, donde había otros 30 diplomáticos israelíes retenidos.
Israel afirma que el joven atacante simpatizaba con Hamas. Netanyahu prometió que haría todo lo posible para sacarlos de Ammán. La retirada de los arcos de seguridad en la explanada de las Mezquitas parece que ha sido la solución. Jordania ha recuperado así su preeminencia en el recinto y ha permitido la salida del agente sin llevar más allá la investigación de lo sucedido.
Un destacado ministro israelí declaró que “no dudamos que (el joven muerto) era un terrorista que intentó asesinar a un israelí. Los jordanos lo saben, pero utilizan este incidente como parte de la crisis de la explanada”.
Avi Gabia, nuevo líder de la oposición laborista, ha criticado con dureza a Netanyahu en el marco del debate parlamentario que ha seguido a la moción de censura contra su Gobierno. “Liberamos Jerusalén hace 50 años –ha dicho– y nos hemos arreglado hasta ahora sin detectores, que convierten un conflicto nacional en un conflicto religioso”.
El rey jordano Abdallah expresó este fin de semana su indignación por la tibia respuesta de los países árabes a la crisis de la explanada. Considera que Arabia Saudí, Egipto, Emiratos y Marruecos deberían haber criticado con dureza la instalación de los detectores de metales, que, a su juicio, afectan al statu quo en el recinto.
Israel lo niega, y dice que sólo se trataba de una medida de seguridad. Los palestinos, sin embargo, opinan que es una estrategia para dominar los accesos.