Erdogan reafirma su apoyo a Qatar en el pulso con Arabia Saudí
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, reiteró ayer en Qatar que no dejará caer al pequeño reino del golfo Pérsico, aislado desde el 5 de junio por Arabia Saudí, Egipto, Emiratos Árabes Unidos y Bahréin. Al finalizar una gira de dos días por la región, insistió en que la única salida a la crisis es el diálogo. En este sentido, aplaudió la mediación que está realizando el emir de Kuwait.
Erdogan se entrevistó el domingo con el rey Salman en Yida y luego, en Kuwait, con el emir Al Sabah. Ayer por la mañana aterrizó en Doha. Lo recibió el emir Al Zani, que le ofreció un almuerzo. Las declaraciones, recogidas por la agencia oficial qatarí, fueron protocolarias. El mensaje de Erdogan, sin embargo, quedó muy claro. Turquía, como ha demostrado desde el 5 de junio, no dejará caer a Qatar. Sus barcos y aviones abastecerán al emirato, que sufre el bloqueo de las rutas aéreas y terrestres, lo que ha supuesto un serio revés al abastecimiento de productos frescos.
La presión para que Qatar someta su agenda diplomática al
diktat de la casa de los Saud no ha dado resultado. Hasta ahora, Doha no ha cedido a ninguna de las demandas de Arabia Saudí, que exige el cierre de la cadena de televisión Al Yazira y también de la base militar que Turquía tiene desde hace un año en Qatar.
El emir Al Zani, en un discurso televisado –el primero desde el inicio de la crisis–, reafirmó el viernes pasado su voluntad de diálogo, pero sin ingerencias en su soberanía.
Arabia Saudí acusa a Qatar de apoyar el terrorismo yihadista. En un comunicado conjunto, Al Zani y Erdogan insistieron en que luchan “contra el terrorismo y el extremismo en todas sus formas y modos de financiación”.
El fondo de la crisis, sin embargo, es la buena sintonía diplomática entre Doha y Teherán. EE.UU., el año pasado, mientras negociaba el acuerdo nuclear con Irán, necesitaba que Qatar fuera una de las puertas por las que la república islámica volviera a la comunidad internacional. Arabia Saudí siempre se ha opuesto a este acuerdo, que amenaza su hegemonía regional. Israel está de su parte y también el presidente estadounidense, Donald Trump.
El presidente turco defiende la mediación de Kuwait y deja claro que Qatar no cederá a las demandas saudíes