La Vanguardia

Sombras chinas en el gran guiñol

- EL RUNRÚN Màrius Serra

Lo peor que puede hacer el destinatar­io de una sátira es mostrar que le molesta. Lo mejor es aguantar el chaparrón con una sonrisa. Lo saben los políticos imitados en

Polònia y los protagonis­tas de memes en la red. Por eso, desde esta parte de mundo el cabreo del presidente chino Xi Jinping contra el inocuo Winnie The Pooh parece ridículo. De hecho, el intento chino de censurar imágenes del osito ha sido una pataleta digital que todavía incrementa más la mofa y la befa. Hace cuatro años que algunos chinos comparan a su nuevo timonel con ese osito rechoncho tan querido, sobre todo desde que Obama visitó China y un desalmado se entretuvo en comparar una foto conjunta de los dos dirigentes caminando con una imagen de Winnie y Tigger en idéntica posición. El parecido se limita a las siluetas. El presidente chino arrastra un sobrepeso parecido al del osito amarillo y el expresiden­te norteameri­cano es más esbelto, como el tigre amarillo con listas negras. No es la primera vez que un dirigente político se cabrea por un dibujo más o menos animado. En febrero del 2003 el entorno del presidente ruso, que ya era Putin antes del paréntesis Medvédev, filtró su irritación porque en la película Harry Potter y

la cámara secreta, segunda de la saga, el elfo Dobby tenía un sospechoso parecido con Vladímir Putin. Calvo y de mirada malévola, parecía claro que sus padres informátic­os (Jim Mitchell y Nick Davis) se habían inspirado en él. Recuerdo haber escrito una columna para invitar a nuestras máximas autoridade­s (entonces el president Pujol y el conseller en cap Mas) a ir en viaje oficial a Moscú para compartir con Putin su experienci­a de aguantar el chaparrón. No hablo de Polònia (no empezó hasta el postpujoli­smo, en el 2006), sino de Hollywood: sólo hay que ver al maestro Yoda de La Guerra

de las Galaxias para percatarse de que está inspirado en Pujol y lo mismo pasa con Lord Farquaad de Shrek y Artur Mas.

Ahora tal vez quien debería ofrecerse para apaciguar a Xi Jinping es el presidente del Barça, Josep Maria Bartomeu, acostumbra­do como está a que le comparen con Nobita de Doraemon. Tal vez su colega Chen Yansheng, el actual presidente del Espanyol, le podría conseguir una entrevista. Las comparacio­nes siempre son odiosas, pero no todo el mundo se enfada cuando le asocian a un dibujo animado. Con Bartomeu nunca se sabe, pero a Ronald Koeman para nada le molesta que le comparen con Tintín. El récord mundial de parecidos razonables lo tiene la serie Los

Simpson. Buscando por las múltiples webs que recogen memes hallo muchos personajes del universo Simpson asociados a políticos: el señor Burns (Cristóbal Montoro), Ned Flanders (José María Aznar), Milhouse (Íñigo Errejón) o Tony el Gordo (Luis Bárcenas). ¿A quién debe de parecerse la Merche de Mariscal?

Quien podría apaciguar a Xi Jinping es el presidente del Barça, acostumbra­do a que le comparen con Nobita de ‘Doraemon’

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