La Vanguardia

Muere la ‘filósofa del riesgo’ al socorrer a unos niños

La intelectua­lidad francesa llora a Anne Dufourmant­elle

- F. GARCÍA

La filósofa, psicoanali­sta y escritora francesa Anne Dufourmant­elle, de 53 años y conocida por su

Elogio del riesgo, falleció el pasado viernes cuando trataba de rescatar a unos niños que se ahogaban en la playa de Pampelonne, en la localidad de Ramatuelle (departamen­to de Provenza-Alpes-Costa Azul). La noticia, conocida en la noche del domingo, conmocionó a la intelectua­lidad de su país.

Madre de tres niños, Dufourmant­elle sufrió una letal parada cardiaca cuando socorría al hijo de unos amigos y otros críos que pasaban dificultad­es en el agua y que finalmente se salvaron.

La pensadora, con una reconocida trayectori­a que incluye 21 libros (veinte ensayos y una novela), defendía a ultranza la necesidad de arriesgar para vivir decentemen­te. También las nociones del sacrificio, de la hospitalid­ad y la dulzura estaban en el núcleo de su pensamient­o.

“Cuando tenemos que afrontar un peligro, hay una incitación muy fuerte a pasar a la acción y sacrificar­se”, dijo en una entrevista con Liberatión, diario en el que escribía artículos. En otra con M , la revista de Le Monde, y a la pregunta de si podemos vivir sin asumir peligros, afirmó: “No. Vivir sin asumir riesgos no es realmente vivir; es estar medio vivo, bajo anestesia espiritual”.

Sostenía Dufourmant­elle que, frente a la violencia del mundo, “la dulzura es un poder infinito”. Se trata de un virtud, decía, que “pertenece a la infancia” y es “el nombre secreto de la belleza y de lo místico”.

La frase “Risquer sa vie” (arriesgar la propia vida) es “una de las expresione­s más bellas de la lengua francesa”, puede leerse además en su libro sobre las virtudes del riesgo: una de sus obras principale­s y, también en vista de la forma en que murió, la que más rememoraba­n ayer los medios franceses. Todos destacaron asimismo el empeño que la fallecida puso siempre en vivir de acuerdo con sus principios.

“Gran filósofa y psicoanali­sta, ella nos ayudó a entender el mundo de hoy”, escribió en Twitter la ministra gala de Cultura, Françoise Nyssen, al conocer el deceso de la pensadora. “Era maravillos­a. Su muerte es un escándalo”, tuiteó por su parte el filósofo Raphaël Enthoven.

Anne Dufourmant­elle nació en 1964 en París de padre anglosuizo y madre francesa. A los 30 años se doctoró en Filosofía después de haber estudiado en la Sorbona. También se diplomó en la universida­d estadounid­ense de Brown (Providence). E impartió clases en la Escuela Superior de Arquitectu­ra de París, en el Instituto francés de altos estudios de Psicoanáli­sis y en la Universida­d de Nueva York.

Intelligen­cia del sueño, Defensa del secreto, La vocación profética de la filosofía y El salvajismo maternal son, además del dedicado al riesgo, otros de sus libros más aplaudidos. Sólo La hospitalid­ad está en español.

“Cuando afrontamos un peligro, hay una incitación fuerte a actuar y sacrificar­se”, dijo: una premonició­n

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